Katy Perry recupera la alegría y la sonrisa con «Smile»

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cedida

04 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En marzo Katy Perry lanzaba el videoclip de Never Worn White, servido como un adelanto de su nuevo disco. Con la espectacular factura en sus piezas audiovisuales y maneras de baladón definitivo, cantaba al compromiso matrimonial con su pareja, Orlando Bloom («Nunca me he vestido de blanco / pero quiero hacerlo bien / porque realmente quiero decir: sí acepto»). Pero, además, al final reservaba una sorpresa: desvelada su barriga anunciaba de esa manera al mundo que estaba embarazada.

La boda, aplazada por el coronavirus, aún esta pendiente. Pero el hijo ya llegó, parejo a su nuevo disco, Smile. «¡Dar a luz a un bebé y lanzar un álbum en la misma semana! No se metan nunca con esta mamá», decía desde sus redes sociales. En ellas fue mostrando, poco a poco, la evolución de su embarazo y la vuelta al color emocional después de un período oscuro. «¡¡Ya está aquí, de verdad que está aquí!! Por fin he recuperado mi sonrisa y espero que este disco ponga otra sonrisa en sus caras», señalaba la semana pasada la cantante desde el hospital.

Smile se presenta como el disco de la salida del túnel en el que estaba Katy Perry, hundida tras el fracaso de Witness (2017) y la ruptura inicial con Orlando Bloom. Medicada y avergonzada, atravesó el peor momento de su vida hasta que empezó a ver la luz. El disco recién editado trata el proceso casi como un tratado de autoayuda. Los títulos hablan por sí solos (Not The End Of The World, Resilent, Daisies, Teary Eyes...) y en las letras se puede encontrar su vida, con pelos y señales. En consecuencia, se suceden un puñado de temas con ese punto eufórico y de estribillo rotundo marca de la casa. Aunque eso sí, con un suplemento de fragilidad inédito hasta la fecha Desde el estupendo arranque de Never Really Over (creada para encender las luces del escenario y deslumbrar), hasta la bellísima Daisies (de arranque acústico y erupción electrónica), pasando por Resilient (edificada sobre bonitas y preciosistas cuerdas), los fans asisten a la reconstrucción de una artista que recupera la alegría y la sonrisa de siempre. Para celebrarlo nada mejor que acudir a la titular Smile, donde dice: «Ahora tengo una sonrisa como Lionel Richie, grande y brillante». Y disfrutar.