María Fasce, editora de Lumen: «En Galicia tenemos un talento cercano y exótico»

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Cedida

Abordamos con la editora de Lumen y Alfaguara (Random House) uno de los últimos fenómenos literarios, la apuesta de los sellos nacionales por las historias y los autores que publican en gallego

19 jun 2020 . Actualizado a las 13:52 h.

Las editoriales españolas miran para Galicia. Domingo Villar, Arantza Portabales, Ismael Ramos, Ledicia Costas, Pedro Feijoo o Inma López Silva son los nombres de un tímido bum que comienza a echar raíces y en el que autores como Manuel Rivas abrieron camino. La literatura en gallego se lee fuera con el repunte de traducciones al castellano o el lanzamiento simultáneo en ambos idiomas. María Fasce (Buenos Aires, 1969) es la directora literaria de tres de los sellos del gigante Random House, Alfaguara, Reservoir Book y Lumen. Este último, fundado por Esther Tusquets hace 60 años, está detrás de las ediciones en la lengua de Cervantes de El libro de la hija, de López Silva, y Belleza roja, de Arantza Portabales. Con la escritora, traductora y editora hablamos de esta tendencia que se palpa también en el audiovisual.

Otros acentos

­-¿Aumenta el interés por los autores que publican en otras lenguas cooficiales?

-El interés coincide con un muy buen momento para la literatura en gallego, en catalán y en vasco. Estamos viviendo una época en la que la atención se centra en lo próximo: los lectores buscan historias cercanas, que sucedan en España. La literatura en otras lenguas dentro de España propone un mundo a la vez cercano y extraño, con los atractivos de las dos instancias.

­­-¿Por eso apostó Lumen por las novelas de Inma López Silva y Arantza Portabales?

-La literatura en otros idioma, ya sea dentro de España o fuera de ella, presenta siempre la posibilidad de una mirada nueva, propia de la lengua y del lugar desde donde se escribe. Esto, desde luego, es a veces muy sutil y difícil de identificar. Borges abominaba de los escritores que acumulaban elementos exóticos para mostrar el lugar de donde venían. «Ser argentino es una fatalidad», escribió. Y lo mismo puede decirse de «ser gallego». Quiero decir con esto que lo que nos ha atraído en Lumen de López Silva o de Portabales son sus historias, la fuerza de sus personajes y de su escritura. Las novelas de Inma, al igual que la primera novela de Arantza (Deje su mensaje después de la señal) sorprenden por la hondura psicológica y la cercanía: es imposible no identificarse con los personajes. Las dos tienen también un gran sentido del ritmo y de la intriga: no son novelas «hiperintelectuales» ni autoficciones -ha habido un exceso de ambas en los últimos tiempos-, sino historias que atrapan desde la primera línea. Arantza ha demostrado luego, con Belleza roja (Beleza vermella, editorial Galaxia), que también es excelente en el género policíaco: un género que tiene unas reglas muy específicas y que requiere una gran técnica. Estamos felices de contar con las dos autoras en nuestro catálogo y de acompañarlas en su obra. Sabemos que siempre buscan nuevos desafíos.

«Había que dar a conocer a Inma López Silva y Arantza Portabales a todos los lectores en español»

-A diferencia de los escritores catalanes, ¿eran más desconocidos los gallegos?

-No creo que la gallega fuera una literatura por descubrir (está Manuel Rivas, por citar un ejemplo), pero sí es posible que reciba mayor atención porque resulta más cercana que literaturas de otros países.

­-¿Se anticipó el audiovisual a la hora de abrirse a nuevos escenarios, acentos e historias?

-O que arde, de Óliver Laxe, ha sido una de las películas más vistas y de las que más se ha hablado últimamente. Creo que resulta interesante descubrir el talento que teníamos «al lado», y que es a la vez cercano y exótico, por así decirlo. Estamos, sí, más abiertos a esas posibilidades. Pero, como decía al principio, la clave es el talento y la excelencia. Buscamos un modo de mostrar el mundo, historias poderosas, un estilo inconfundible; por ello, publicamos a López Silva y Arantza Portabales, no por ser gallegas, sino porque su literatura nos interpelaba y creímos que había que darla a conocer a todos los lectores en español. Y no solo en español: los libros de ambas se han traducido ya a otras lenguas.