Dos rebeldes de más de 80

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Margaret Atwood y Edna O'Brien publican nuevas novelas. Han vuelto a las trincheras

13 oct 2019 . Actualizado a las 21:24 h.

Una tiene 88 años, la otra cumple el mes que viene los 80. Pero no se les nota. Su valentía y su mirada crítica siguen siendo las de siempre. Sus nuevas novelas nos han vuelto a dejar boquiabiertos. Hablo, como ya te imaginas, de Margaret Atwood y Edna O'Brien, que este otoño regresan más fuertes que nunca: la primera con Los testamentos (la esperada secuela de El cuento de la criada) y la segunda, con La chica (un tremendo relato sobre las niñas secuestradas por Boko Haram). Dos obras muy diferentes pero que comparten objetivo: combatir la injusticia contra las mujeres sin jamás rendirse.

Han pasado 35 años desde que Margaret Atwood publicó El cuento de la criada. Y no ha dudado en regresar con Los testamentos al mundo de Gilead para contestar a todas aquellas preguntas que a lo largo de los años le han formulado sus lectores sobre este universo totalitario y misógino. Una sociedad no tan ficticia como desearíamos y que en la era Trump está más vigente que nunca.

Para abordar esta segunda parte de la ficción distópica, que se inicia quince años después de que Defred partiera en una furgoneta hacia un destino incierto, Atwood se vale de tres narradoras (dos muy jóvenes y otra mayor) e incluso aprovecha alguno de los personajes creados para la serie de te televisión y que no aparecían en el libro original. Son tres monólogos (alguno más poderoso que los otros) en los que descubrimos que la red de la resistencia ha seguido funcionando y que cuenta con la ayuda de algún topo infiltrado en el corazón del infierno. Atwood, que imprime al relato un aire de thriller, ha querido abrir una ventana a la esperanza con una mirada menos claustrofóbica e intimista que la que ofrecía en Los cuentos de la criada, pero que camina por derroteros muy diferentes a los seguidos en la exitosa serie de HBO.

La expectación generada con Los testamentos, que ha sido nominada ya como finalista para el premio Booker, ha sido tal que el libro salió a la venta con una tirada inicial de medio millón de ejemplares. El día de su presentación en Londres hubo interminables colas de fanáticos esperando por su ejemplar. Y también hubo criadas. Aunque esta vez no todas iban de rojo. Cuando lo leas sabrás por qué.

Dinero en el sujetador

Si nos impresiona la valentía de Margaret Atwood al enfrentarse al gigantesco listón que el éxito internacional de la novela original (con miles de fans en todo el mundo) le obligaba a superar, la fuerza de la irlandesa Edna O'Brien nos deja mudos: porque a veces las distopías se desdibujan frente a las realidades.

A sus 88 años, viajó dos veces al norte de Nigeria (con el dinero escondido en el sujetador, según ha contado) para investigar de primera mano qué había sucedido con las 270 niñas secuestradas por Boko Haram. Y se quedó. Estuvo en el país durante meses para entrevistar a las escolares. Visitó los miserables campamentos para conocer las crueles historias de estas niñas violadas y esclavizadas y escuchar sus historias.

La chica es un crudo relato contado en primera persona por Maryam. O'Brien pone toda su pericia literaria al servicio de esta simbólica joven africana (en la que se reúnen muchas de las víctimas y sus sufrimientos) que es secuestrada y violada, obligada a contraer matrimonio y forzada a ser madre. Maryam logra escapar con su bebé, pero debe superar el viaje salvaje a través de los bosques y la todavía más terrible crueldad del desprecio de los suyos cuando la vean regresar a casa.

Cuando ya nadie se acuerda de aquel #BringBackOurGirls, Edna O'Brien intenta hacernos llegar la voz de estas niñas silenciadas (un centenar siguen cautivas). Su esfuerzo le ha costado ser acusada de apropiación cultural. Pero ella lo tiene claro: «No me someto a esa censura. El mundo necesita que se cuenten esas historias», dice.

Tienen más de ochenta, pero siguen en la lucha. Han regresado a la trinchera de las letras y ni la muerte las hará callar.