Vuelve el pop claro de ojos azules de Taylor Swift

FUGAS

LUCAS JACKSON

«Lover» es pop electrónico que aspira al hit y al impacto en la pista de baile

30 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Tanto da que el empuje del r&b lo hubiera arrasado (casi) todo o que explote el pop latino reguetonero generando un gigantesco eclipse. Siempre habrá sitio para artistas como Taylor Swift. El mundo lo necesita. Su pop claro de ojos azules y cabellos rubios tira de la línea que trazó Madonna en los ochenta y continúa hasta hoy. Esto es pop electrónico que aspira al hit rotundo y al impacto en la pista de baile, pero también al encogimiento en la habitación. Y de eso hay bastante en Lover, su nuevo disco.

Dejando a un lado el tacto agresivo de Reputation (2017), Lover opta por la caricia desde la misma portada. Frente al blanco y negro y los contrastes de aquel, aquí emerge la artista bajo una nube rosa y cielos azules. Todo para contemplar el amor desde diferentes prismas y ofrecer un puñado de esas canciones a las que sus fans se abrazan como una almohada. Que nadie espere saltos mortales ni piruetas, la artista americana -que curiosamente está siendo prestigiada por la prensa musical en los últimos tiempos en una maniobra sorprendente- hace un pop que podría considerarse incluso clásico. En él hay piezas infalibles y de amor a primera vista. Ya conocíamos la saltarina y colorista ME! También You Need Calm, con la sensualidad de sus estrofas y el caramelo de su estribillo (esos «¡oh, oh, oh!» saben a azúcar). Toca sumar ahora a ese compartimiento I Think He Knows y la divertida Paper Rings.

Pero si algo destaca Lovers es en el terreno más relajado. Lo deja claro pronto con Cruel Summer y su emocionante modo de desdoblar la voz hasta pinchar precisamente ahí, en el escalofrío. No cuesta imaginarla como punto culminante en la gala de los Grammy o similares. También derrite con Lover difuminándose, pulsa el botón de la nostalgia con Cornelia Street y sorprende con un folkie You'll Get Better con las Dixie Chuicks. Y, aunque el disco se hace largo, deja la sensación de que continúa siendo una artista a la que seguir, aunque, curiosamente, empieza a remitir ya a otra época que se desvanece.