La música en viñetas suena mejor

Carlos b. Torrado / s. f.

FUGAS

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Las complicadas vidas de Nick Cave, John Lennon o Kurt Cobain encuentran cobijo entre grapas, explicando el porqué y el cómo de las canciones que nos sabemos al dedillo

02 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El videoclip no es el único medio donde la música puede aprovechar el poder de la imagen, y en el cómic la vida e historia de las leyendas del rock o del rap se transforman con soltura en el papel. El uso de la novela gráfica como biografía no afecta solo al mundo de la música, ya que periodistas como Joe Sacco (Notas a pie de Gaza) o escritoras como Marjane Satrapi (Persépolis) tienen parte de sus vidas reflejadas en bocadillos y onomatopeyas. Sin embargo, la unión de las imágenes estáticas enlazadas con las letras que inevitablemente se mueven en nuestra cabeza hacen de esta unión una simbiosis que sorprende. La relación entre el cómic y la música ha tenido momentos puntuales muy curiosos, como el número de Marvel Comics donde La Cosa y La antorcha humana deben detener a unos criminales que planeaban robar unas entradas de los Beatles, o cuando Kiss consiguió su propia serie de cómics gracias al añorado Stan Lee. Ahora la tendencia se centra en analizar y contar las historias de grupos emblemáticos del pasado, entender su contexto y el origen de sus temas.

Para escuchar con atención

Entre los artistas más destacados encontramos a Reinhard Kleist, que ha realizado biografías muy dispares (incluso del propio Fidel Castro) y entre las que se encuentran dos genios atormentados: Nick Cave y Jhonny Cash. La obra de Kleist se caracteriza por un trazo agresivo, de líneas rectas, y por un gusto palpable en el uso de luces y sombras (su trabajo suele ser en un blanco y negro muy efectivo). Kleist se interesa por vidas complicadas que, a pesar de las dificultades, consigan crear un contenido artístico notable, es decir, un 'si la vida te da limones...' de manual.

De igual éxito es el trabajo de Piskor, que con su Hip Hop. The Family Tree nos enseña una exhaustiva búsqueda del origen del rap en el Bronx neoyorquino, con un dibujo que bebe sin tapujos de la época dorada de los setenta y que se ha convertido en un bestseller en Estados Unidos. Se trata de un divertido resumen de la evolución de la música otrora callejera y que muestra un completo compendio de artistas a modo de pequeñas biografías.

McCarthy es otro autor especializado en obras biográficas de artistas como Eminem, Kurt Cobain, Sex Pistols o el propio Michael Jackson. Su acercamiento a estas vidas tan polémicas no siempre se traduce en una aceptación favorable por parte de los fans, y los dibujantes que le acompañan no entienden un trabajo tan cuidado como el de Kleist o Piskor, pero la variedad de historias y el dinamismo del guion suplen -generalmente- las carencias artísticas.

Lennon toma prestado el apellido del conocido exBeatle tristemente asesinado. Entre viñetas John se sincera con su psicóloga, gracias a un guion que tiene su origen en una novela de David Foenkinos, y que Horne y Corbeyran traducen en dibujos que muestran los momentos más importantes en la vida del músico británico.

Otra obra a tener en cuenta es One, two, three, four Ramones que sigue los últimos días de la banda neoyorquina antes de su separación. Una obra mucho más psicológica, que aprovecha el medio utilizado para narrar de forma vertiginosa y ágil a través de sus páginas. El dibujo aquí es mucho más caricaturizado, alejándose de la necesidad imperiosa de realismo estético de las demás biografías en el mundo del cómic.

Humanizar así a la música, a golpe de tinta y cartabón, ayuda a apreciar más a las personas detrás de los instrumentos y a empatizar con su -desgraciadamente- complicada relación con la fama.