«Cuando te toca el flamenco, es muy difícil escapar de él»

FUGAS

MARCOS MÍGUEZ

Sandra Calderón bebe los vientos por la música de Manolo Caracol, Camarón de la Isla o Carmen Linares, aunque viva en A Coruña, a orillas del Atlántico

01 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Esta coruñesa («de Monte Alto», precisa) es una rara avis en el panorama musical gallego. Acaba de lanzar Desde el alma, un primer álbum en el que se plasman canciones que canta cada mes en la sala Garufa. En ellas hay rumba y hay jazz, pero sobre todo hay flamenco, la música que le cambió la vida. «De pequeña escuchaba un cantaor y se salía de lo normal. Me transmitía algo muy fuerte», señala Sandra Calderón.

­-Y no hubo marcha atrás.

-El flamenco no es algo por lo que vayas. Es él quien viene a ti y, cuando te toca, es muy difícil escapar. Es una forma de vida. Estás permanentemente soniqueteando en una mesa, moviendo los pies y arrancándote a bailar. Es todo el día dedicándose a esto. Un flamenco lo es desde que se levanta hasta que se acuesta.

­-¿Piensa en flamenco?

-Y sueño también en flamenco [risas].

­-En cualquier caso, no apuesta por la pureza, sino que se abre a otros géneros.

-En mi disco hay tangos, alegrías y bulerías, que son palos del flamenco. Pero lo mío se puede disfrutar aunque no seas un apasionado del flamenco.

­-En «Refugiados del amor» mete sitares como Camarón. ¿Es un guiño?

-Esa canción son unos tangos árabes. Quería reflejar la situación de los refugiados, por eso tiene esa instrumentación y el sonido del mar.

-Ahí habla de solidaridad. En otros temas, de igualdad. También de racismo. ¿Es un disco muy social?

-Sí, en Mi sueño, la primera canción del disco habla del racismo. Se puso en los coles para concienciar a los peques. Lo desconocido siempre nos da miedo, pero no hay que prejuzgar a nadie. Me toca de cerca. Mi marido es gitano, tenemos un hijo y, además, casi todos mis músicos son gitanos.

­-¿Hay afición a su estilo en Galicia?

-Siempre comparé al jazz con el flamenco, músicas de público especial que o te gusta o no te gusta. Pero con el tiempo veo que cada vez hay más afición. Hace diez años iba a buscar un local y no querían flamenco. Veían gitanos y una música que no pegaba. Ahora ya nos reconocen un poco más. Se ha abierto todo.

-¿Se ha notado el efecto Rosalía?

-Una cosa es que podamos decir que Rosalía hace flamenco o no, pero sí es cierto que hay mucha gente que, al escucharla, abre una puerta a un estilo musical que desconocía.

-¿Se ve metiéndole máquinas a lo suyo?

-No es mi estilo y no me veo haciendo algo así. Soy más tradicional.