Tras un largo parón editorial, el trío de Valladolid vuelve con «Sonora», un álbum que reincide en su concepto de power trío acústico aportándole nuevos toques de música negra y un ocasional barniz de psicodelia
06 ene 2019 . Actualizado a las 22:52 h.Dice Javier Vielba, cantante y guitarrista de Arizona Baby, que Sonora ha sido sometido a un trabajo de maduración, «como cuando se ha elaborado una cerveza o un vino, calculando muy bien los tiempos».
-El disco es generoso en minutaje, con canciones largas que se prestan a expandirse en directo. ¿Será así?
-Sí, pero ya no es que las canciones estén pensadas para el directo, sino que el directo es el que nos ha influido para el disco. Todas esas improvisaciones, devaneos psicodélicos y licencias instrumentales vienen de esa atmósfera que se crea con el público. Eso nos influye muchísimo
-Imagino que se refiere a «Just Say It’s So», toda una orgía de psicodelia y funk ¡de 14 minutos!
-Sí, además, esa la tocamos todos juntos, metiéndole un piano Rhodes y un órgano. Nos pareció una buena forma de reivindicar a Rubén, nuestro guitarrista, que es buenísimo; un portento del que estamos muy orgulloso. Merece lucirse y lo merece también nuestro público.
-A Rubén, además de oírlo, da gusto verlo, con esa actitud con la que toca. Es todo un «guitar-hero» acústico, algo poco usual.
-Yo lo asocio a gente como Tommy Emmanuel o Rodrigo y Gabriela, que tienen garra. Rubén viene del hard- rock, pero también del rock n’ roll y el duduá clásico. Igualmente, tiene cosas de los chavales del barrio, de gitanos que tocaban flamenco, rumbas y cosas así. Eso es algo que se nota mucho en su música y que le da una personalidad especial. Nosotros no somos un grupo de manual, sino que aparecen muchas cosas por ahí, es más que una receta.
-Ya que está de moda, podríamos decir que más que apropiacionistas, son unos depredadores culturales
-[Risas] ¡Nos apropiamos de todo! De lo antiguo, de nuestra tierra. No solo nos afecta el folk americano o el del norte de Europa, sino también el Mediterráneo. No solo los ramalazos aflamencados, sino también muchas maneras de hacer los ritmos como las jotas y el folklore de aquí. Eso lo hago mucho para hacer crecer las canciones, que nosotros no tenemos distorsión para preparar el estribillo. Esto no es un «Vamos a hacer música americana». No, porque nosotros somos del Pisuerga, no del Misisipi. Somos de aquí y nuestra filosofía es «de Valladolid al mundo».