Fredi Leis: «Soy feliz en el escenario y creo que es algo que no pasa siempre»

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El autor de «Santiago DC», uno de los himnos de la capital gallega, ya es mucho más que eso. Su música, con un estilo inconfundible, pisa fuerte en Madrid y cada vez en más rincones. Todo empezó de Erasmus en Rumanía.

21 sep 2018 . Actualizado a las 15:34 h.

Estudió en el Peleteiro y en la USC, jugó al fútbol en Pontevedra. Fredi Leis (30 años) es un chico normal de Santiago de Compostela -o Santiago DC, como canta él- que, a través de sus sentimientos, sus meditadas letras y su inconfundible chorro de voz, está conquistando cada vez más público. Estará en A Coruña (Garufa Club, 28 de septiembre); y Santiago (Sala Capitol, 21 de diciembre).

-¿Cómo se encuentra?

-Desde que empecé en esto, allá por el 2013, sin duda es el momento en el que estoy siendo más feliz. No solo porque cada día veo que todo va un poco mejor y va más gente a los conciertos, sino porque en el escenario soy realmente feliz cantando y creo que es algo que no pasa siempre.

-¿Qué ocurrió antes de que se diese a descubrir como cantautor?

-Estudié ADE en Santiago y un curso me fui de Erasmus a Bucarest. Precisamente, ese año fue el que me metió el gusanillo de volver a España y empezar a mostrar mis canciones. Tuve la suerte de encontrar a gente de otros países que también hacía música, formamos una banda de versiones y, de hecho, en Rumanía fue la primera vez que me subí a un escenario. Es curioso. Al ser más de cien estudiantes, siempre teníamos ese mínimo de espectadores. El buen rollo que se generaba en los conciertos me hizo ver que tenía que dedicarme a esto.

-¿Cree que se lanzó tarde a compartir sus primeras canciones a Internet, con 25 años?

-Puede ser, pero creo que era el momento. Era cuando me sentía identificado con lo que estaba componiendo y tenía algo de calidad como para mostrarlo. Si hubiese empezado antes, habría ganado años, pero las canciones no habrían sido las mismas. Así fueron más maduras. Al igual que las de ahora lo son más que entonces.

-¿Y su primera vez en Madrid?

-Pues me llamaron para un pequeño festival cinco días después de haber subido una canción a SoundCloud. Un poco extraño, la verdad. Alquilé un coche pequeño, metí el piano como pude y me fui a Madrid a la aventura. Era un suicida [ríe]. Solo tenía cuatro canciones y me montaba mis propias versiones. Aunque, al final, en el escenario es donde aprendes, no en casa; con un público delante y sabiendo que cada error y cada acierto cuenta.

-De aquello, a llenar la Galileo Galilei y la Joy Slava, y a estar cerca de artistas como Rozalén o Pablo López.

-Estoy supercontento. Recuerdo estar bastante solo en mis primeros días por Madrid. Una de las noches que salí con mis auriculares, pasé por delante de la Joy y pensé: ojalá.

-¿Qué ha cambiado entre la propuestas del Fredi Leis de «Días Grandes» (2015) y el de «Neón» (2018)?

-He abierto la mente musicalmente muchísimo. Antes me sentía demasiado atado a un piano y a la balada. En los últimos dos años he consumido música más viva y me atrevo a componer temas con ritmos más latinos y bailables. Me apetece, era algo que antes no me salía de forma natural.

-Es un artista que, sin duda, sube al escenario y se transforma.

-Soy dos personas diferentes. Una persona incluso tímida y cortada en la tranquilidad, pero todo lo contrario en el escenario. Y creo que debe ser así: en el escenario ser una cosa y cuando bajas, ser otra. Uno no debe subir allí arriba a mentir.

-¿Qué siente con el directo?

-Creo que es el objetivo de hacer música. Está muy bien hacer discos y estar en el estudio, consumir con auriculares, pero la música nació para vivirla en el cara a cara. Ahí es donde realmente pasan las cosas y donde se generan unas sinergias que provocan que tengas que cambiar todo en el momento, improvisar.

-Para terminar, cuénteme qué tal como actor en «La sombra de la ley».

-Me lo pasé en grande, rodar fue una experiencia preciosa. Formo parte del núcleo de policías con actores de altísimo nivel. Va a ser un peliculón.