Aunque la famosa orquesta es su casa, ha decidido buscar «retos e ilusiones» y seguir superándose cada día en un nuevo lugar. Por eso, hace un par de semanas anunció su adiós y otras formaciones ya están llamando a su puerta
17 ago 2018 . Actualizado a las 10:52 h.Un comunicado en las redes sociales bastó para provocar un nuevo huracán en el mundo de la verbena. El pasado 31 de julio, Néstor Peña Pérez (Las Palmas de Gran Canaria, 33 años) anunció que, al acabar la presente gira, dejaría El Combo Dominicano. La formación en la que evolucionó del 2010 al 2012 y a la que regresó, tras un año en la Orquestra Aché, en el 2014. Desde entonces, se ha convertido en una de las voces más seguidas en Galicia y, de hecho, se ha asentado aquí. Su refugio es Boqueixón, donde vive con su mujer, que es de allí, y también con su hijo, «mitad gallego, mitad canario». Su familia es, de hecho, el motivo principal de su adiós.
-¿Qué tal el verano?
-Muy ajetreado, como siempre, pero muy bien. Hay mucho trabajo y la respuesta del público es muy positiva.
-¿Está a gusto con ese ajetreo?
-Depende del día y del estado de ánimo, pero lo llevo muy bien.
-Antes el ritmo no era el mismo, ¿cómo vivió el bum del Combo?
-Siempre se recoge lo que uno siembra. Vivirlo... ¡aquello fue impresionante! El bum fue increíble, era algo que no había soñado jamás.
-Mueven casi tanta gente como los grandes artistas.
-Sí, es verdad. Y es increíble. No me comparo con gente de ese calibre, pero sí que es cierto que en Galicia, la gente nos trata igual que a esos artistas que están consagrados. Pero bueno, no me comparo con ellos.
-Pero alguna foto se habrá hecho y algún autógrafo habrá firmado...
-¡Uf! Muchísimos, muchísimos. Casi a diario. En las actuaciones o, simplemente, yendo a pasear con mi familia. Si te ven, ya te paran. Y para mí no supone ningún problema.
-Pasar de ser un desconocido a esto, ¿cómo se digiere?
-Ya lo veo como algo natural. No le doy demasiada importancia, porque no me creo más que nadie, soy uno más de la calle. Nuestra profesión es igual a cualquier otra, lo que pasa es que movemos mucha masa de gente. Y la verdad, estoy encantado. Gracias a los que nos ven, somos lo que somos a nivel de orquesta.
-En Boqueixón puede respirar.
-Es que en una ciudad no sería para nada feliz. A mí lo que me gusta es el campo. Sobre todo, por el trabajo. Movemos tanta gente cada noche que lo que busco es desconectar, no ver a nadie. Levantarme y tener verde, naturaleza, a mi hijo, a mi mujer, a mis suegros. Estar en modo familiar, no metido de lleno en el mundo de la orquesta. Creo que esto me hace más fuerte para trabajar como trabajo.
-En su comunicado de despedida dijo que ha dedicado al Combo el 200 % en los últimos años.
-Siempre se sacrifica, sobre todo, la familia. La gente ve un trabajo encima del escenario, pero no lo que hay detrás: muchas horas de ensayo, muchos viajes entre Canarias y Galicia..., lo que significa demasiadas horas sin la familia. Es un sacrificio que tiene su recompensa, entre comillas, cuando el público te da calor y aplauso después de cada canción. Doy el 200 % porque intento ser el mejor. No compitiendo con mis compañeros, sino formando parte del equipo, para tirar del carro todos juntos y estar el máximo de tiempo arriba.
-Siendo un equipo, sería difícil tomar la decisión de irse, ¿no?
-Complicadísimo. Son muchos años. Al Combo Dominicano lo quiero como mi casa que es. Son demasiadas vivencias y recuerdos. Gracias a la oportunidad que me dieron en su momento, soy quién soy a día de hoy en el mundo de la verbena.
-Más allá de lo que escribió, ¿por qué tomó la decisión?
-Hay dos puntos claves. Para empezar, mi familia, que es lo primero que debe haber en la vida de cualquier persona. Ella encontró un trabajo aquí en el que está muy feliz y mi hijo va a la escuela. Entonces, creo que en una pareja siempre se tienen que sacrificar ambas partes. Además, los necesito, no puedo estar yo en Canarias y ellos aquí.
-¿Y el segundo punto?
-Aunque hay gente del público o compañeros que piensan que puedo seguir en el Combo, personalmente estoy seguro de que mi ciclo ha terminado. Necesito nuevos retos e ilusiones en otro sitio. Seguir superándome cada día más, pero en otro lado, no en el Combo.
-Se le nota emocionado...
-¡Claro, es normal! Son muchísimos años... y he pasado vivencias desde que era un crío. Me quedo con mil cosas. El Combo no siempre estuvo arriba, también estuvo abajo. Y cuando estaba abajo, lo pasábamos mal. No había gente en las fiestas y a los cuatro gatos que nos veían había que arrastrarlos para que bailasen. Pero de todo se aprende.
-¿Su relación con la formación es buena tras el anuncio?
-Mis motivos de irme no son por la empresa. Me senté con la dirección para una negociación y no llegó a buen puerto, pero no pasa absolutamente nada, la vida continúa. El Combo es mi casa y les deseo todo lo mejor del mundo, al igual que pienso que ellos me lo desearán a mí en mi nueva etapa.
-¿Tuvo la oportunidad, entonces, de quedarse en el Combo?
-Pudo ser una opción, pero en la reunión no se llegó a un acuerdo. O más bien, yo iba con las cosas bastante claras. Entonces, vi esa opción bastante pequeña y no quise ir más allá.
-Se rumorea que está en contacto con otras formaciones, ¿ha decidido ya su destino?
-De momento, no. Tengo propuestas, gracias a Dios, no creo que me vaya a faltar trabajo. Pero no lo he decidido por que para mí es una elección importante. Entonces, no quiero tomarla a la ligera, quiero pensarme las cosas.
-¿Alguna de las otras formaciones grandes habló ya con usted?
-[Sonríe] Es normal que cuando uno sale de una formación que está en auge, acabe llamándote alguna que está también arriba. Pero de momento no puedo decir nombres. Dentro de muy poco diré a dónde voy o a dónde no voy.
-Un excompañero suyo, Óliver Pérez, tuvo una salida del Combo más atropellada. ¿Cómo se llevan?
-Óliver es mi hermano. Hablamos casi cada día, porque lo echo mucho de menos, como compañero y como profesional. Él y yo teníamos una química bastante grande encima del escenario. Nos mirábamos y ya sabía cada uno lo que tenía que hacer, había una conexión. Creo que el echarnos de menos es mutuo.
-Entonces, no sería una mala opción un reencuentro en los escenarios [en la París de Noia].
-¡Claro que no! Estar con grandes profesionales y grandes personas nunca es una mala opción.
El mercado de fichajes, cada año más adelantado
El anuncio de Néstor Peña cuando no había ni empezado agosto no es lo habitual en el mercado de fichajes de la verbena, pero cada vez se ve más. «Antes esto ocurría a partir de mediados de septiembre, cuando acababa la temporada, pero ahora los artistas quieren asegurarse cuanto antes su futuro. Sobre todo, porque cada vez hay menos orquestas que actúan también en invierno y son las más codiciadas», explica Diego Muiño, uno de los responsables del portal especializado Orquestas de Galicia. No obstante, el del canario es, por el momento, el único movimiento entre las grandes. Además de él, también han movido ficha Daniel Aguilera, cantante de la orquesta Compostela; Rulo Paz, de La Fórmula; e Iria Quintáns y Diego Puga, cantante y batería de Gran Parada.
De aquí en adelante, Muiño augura «muchos movimientos». En años anteriores fueron llamativas las salidas de Óliver Pérez en el 2017, del Combo hacia París de Noia, o la de Jorge Ferre, que en el 2015 pasó de Panorama a La Fórmula y, al año siguiente, se marchó a Olympus, donde se encuentra ahora.
En cuanto al adiós de Néstor, el gestor de Orquestas de Galicia opina que «ganó mucho peso en los últimos años, sobre todo tras la salida de Óliver». Por el momento, no hay noticias acerca de Eulícer Aróstegui, que llegó a anunciar su despedida del Combo el año pasado, pero finalmente continuó en la formación.