El año más negro de Shakira

CARLOS PEREIRO

FUGAS

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En noviembre vio truncado su regreso a los escenarios al cancelar su agenda de conciertos. Problemas de salud, rumores de crisis con Piqué y un contencioso con Hacienda abocaron a un túnel de meses a una de las artistas más rentables del planeta. ¿Ha vuelto la luz?

07 jun 2018 . Actualizado a las 17:40 h.

Ha sido un annus horribilis para la cantante de Barranquilla, que comienza a ver ahora algo de luz al final del túnel tras los meses más complicados de su vida, tanto personal como laboralmente. La cantante, poseedora de una voz vibrante, única y reconocida internacionalmente, se vio obligada en noviembre a cancelar su gira. Los conciertos hasta ese mes programados suponían su gran regreso a los escenarios tras años alejada de él, al decidir volcarse en la educación y el cuidado de sus dos hijos. De un simple retraso en las fechas a raíz de una lesión en sus cuerdas vocales, se pasó a la cancelación indefinida. Era más grave de lo que se creía, y hasta se habló de intervención quirúrgica.

La artista colombiana siempre se ha mostrado fuerte e independiente de cara a la opinión pública. Su chorro de voz y su hipnótica danza del vientre son poco menos que un referente dentro de la industria musical. Única en su clase, Shakira revolucionó las radios de medio mundo a principios de siglo con su Servicio de lavandería, que incluía la ahora convertida en himno Suerte (Whenever, Wherever). Activa en redes sociales, los fans descubrieron el lado más vulnerable de la cantante tras la mentada cancelación. Visiblemente afectada, pedía perdón y dudaba del futuro. Su mayor deseo era evitar una operación que pusiera en juego su característico timbre. Más de medio año después, su garganta se ha recuperado, y este domingo, 3 de junio, Hamburgo (Alemania) será el lugar elegido para un regreso que promete ser espectacular, «el mejor hasta la fecha» en sus propias palabras, y aspira a ser el punto final de una época.

Al margen de ello, la colombiana no solo ha arrastrado problemas de salud. Desde su matrimonio con el defensa barcelonés, Gerard Piqué, la pareja ha sido una constante en la prensa del corazón. El interés que ha despertado su relación ha traspasado fronteras, y los innumerables rumores de rupturas, idas y venidas no han parado de circular durante los últimos meses. La presión mediática, a la que la artista parecía inmunizada, sí llegó finalmente a hacer mella en Shakira. La cantante, que nunca ha sido demasiado participe del circo de los medios llegó a denunciar «acoso» por parte de estos. Su Instagram llegó a ser un refugio en el que transmitir sosiego y calma familiar.

EL GOLPE MÁS DURO

Tras la cancelación de la gira y el apagón de los rumores llegó el golpe más duro, el más polémico y el más público. Shakira no lograba solucionar un antiguo contencioso con la Hacienda española. En febrero, la de Barranquilla pagó a la Agencia Tributaria más de 20 millones de euros después de que el ente público la denunciase por un delito fiscal con referencia a los ejercicios realizados entre los años 2011 y 2014. Hacienda consideraba que durante ese período Shakira había vivido en España, y que debía tributar aquí la mayor parte de sus ingresos. Ella dijo que lo hizo, aunque pagó sus impuestos como si viviera la mayor parte del año en Bahamas (posee una casa allí). Anecdóticamente, Hacienda usó la factura de una peluquería de Barcelona como prueba. Su famoso pelo rubio rizo la delató.

El caso aún no se ha cerrado, y los nervios que le ha generado han contribuido a que la gira se retrasase hasta este junio. Por el momento, 51 conciertos cerrados. Las entradas están volando. En su última gira, recaudó unos noventa millones de dólares. Son las cifras de una de las artistas más rentables del planeta, y que en los últimos tiempos también se ha apuntado a la moda de los single y los feat, aunque ella ya descubrió hace años su potencial con La Tortura, junto a Alejandro Sanz.