El uso de la tinta flúor es, en la imagen, una sorpresa. «Fue una indicación de la directora de arte de Lumen, Nora Grosse. Y le da ese punto chispeante a la imagen que acompaña los cuentos», dice Pulido. Difícil escoger un favorito. La ilustradora se lo piensa, duda un poco, dice: «Uy... Me han gustado mucho los difíciles. Como el del trío, Los pocillos. Me parecía interesante al ilustrar seguir esa línea de Benedetti de ser más sugerente que explícita, no desvelar nada al lector... Darle a entender también con la imagen que está viendo algo sin saber qué», explica la autora de los dibujos que ilustran este texto. Como Mario Benedetti, Sonia Pulido juega al juego de las prendas con usted. Es una de las diversiones del arte.
La cubierta de El mejor de los pecados tiene su historia, descubre su ilustradora. «Yo propuse una idea inicial, que jugaba con esa cosa erótico-festiva que tiene el libro. Costó, la peleé, la aceptaron, pero luego una asociación que está al cargo de los derechos de Mario Benedetti la tumbó. Decían que era demasiado. Hubo que parar el libro cuando estaba a punto de entrar en máquinas», revela Pulido. Como salida de emergencia se pensó usar una ilustración interior del libro: «Nos dijimos... ‘No, no. Tiene que ser algo nuevo’. Ese final fue un esprint. Me recuerdo haciendo bocetos en el tren a toda máquina». Llegó a destino.