Sobre la fe inquebrantable en la madre

FUGAS

El escritor londinense Tom Rob Smith se embarca en una ambiciosa novela de gran carga psicológica y no poco condimento freudiano

08 abr 2016 . Actualizado a las 19:43 h.

El escritor londinense Tom Rob Smith (1979) deja a un lado a su policía Leo Demídov, al que el lector aprecia por El niño 44 (2008, recientemente rescatada por la colección Black del sello Salamandra), y se embarca en una ambiciosa novela de gran carga psicológica y no poco condimento freudiano (¡y autobiográfico!). La granja (2014), que trae al castellano también Salamandra, se aleja del registro típicamente detectivesco y se desliza hacia el mundo literario del suspense de los dobles sentidos (tan canónicamente británico y que han bordado Ruth Rendell, Patricia Highsmith o P.D. James), con unas pinceladas de noir nórdico forzadas por la ubicación de la historia en Suecia -Daniel, el protagonista, como el autor, tiene ascendencia sueca (materna) y británica (paterna)-, con lo que esto habitualmente conlleva de asfixiante (y mágica) presencia de la naturaleza. Si La granja empieza de un modo titubeante, quizá debido a la complejidad de su estructura narrativa, el relato se va afianzando según avanza y finalmente resulta adictivo. En el sustrato de la novela, asuntos tan afectos al género como el amor, la incomunicación, la familia, los abusos sexuales, los secretos, la fragilidad de la mente, y, sobre todo, el dilema de la fe inquebrantable en la madre al que el lector se enfrenta desde la misma óptica (y con las mismas armas) que el narrador, Daniel.

La granja. Novela. Tom Rob Smith. Traducción de Javier Guerrero. Ediciones Salamandra. 364 páginas. 19 euros