La visita a nuestra comunidad de un clásico del heavy nacional como son Bella Bestia y su regreso por todo lo alto con su nuevo disco Violando la ley sirven de disculpa perfecta para echar la vista atrás y fijarnos en la que indudablemente fue la edad de oro del rock duro español. En los primeros ochenta hubo un estallido de alto voltaje sonoro que nos dejó bandas que podían compartir escenario con los mismísimos Iron Maiden sin que se les cayeran las muñequeras al suelo. Hubo grupos de todos los tamaños y fortunas, pero hasta los más efímeros dejaron su impronta. Es el caso de un grupo manchego, Subterráneo, que apareció en 1985 y que grabó su primer disco dos años más tarde, antes de desaparecer poco después del cambio de década con un segundo álbum editado. Su primer trabajo, titulado Toledo, se convirtió pronto en una joya de coleccionista por la que actualmente se pagan cifras más que respetables. Hace no mucho, en el 2012, alcanzó en una subasta los 780 euros. Por si quieren revisar sus discos de una juventud melenuda.