Buscando la paz interior en Ventoselo

MARI PAZ GONZÁLEZ DE LEMA

FIRMAS

Santi M. Amil

26 dic 2014 . Actualizado a las 13:03 h.

El pasado agosto Gueshe Tenzing Tamding, nuestro maestro y director del Monasterio-Universidad Chu Sup Tsang, inauguró oficialmente el templo en la localidad ourensana de Ventoselo. El sueño del lama es poder recrear en España las principales universidades monásticas que existían en Tíbet para que todo el que lo desee tenga acceso a las enseñanzas budistas.

Quienes nos hemos sumado a esta experiencia estamos muy contentos con la afluencia, cada vez mayor, de personas que se acercan a nosotros. Los fines de semana nos reunimos para estudiar y meditar. Para todas las personas que sientan curiosidad todos los sábados hay una pequeña charla a la que todo el mundo es bienvenido. «A partir de escuchar las enseñanzas del lama, de ponerlas en práctica y del estudio, voy disminuyendo mis emociones negativas como el enfado, el apego? Tengo más paz y estoy más contenta», nos dice una alumna del lama.

Hoy, a las 20.30 horas, en el monasterio, el lama dará una conferencia abierta al público, y con entrada gratuita, que ha titulado: «Cómo trabajar con las emociones para disfrutar de más calma y paz interior».

Gueshe Tenzing nos enseña que la paz interior no nos vendrá dada desde fuera, solo la podemos conseguir por nosotros mismos, cultivándola en nuestra mente. La mente es como un rey que nos gobierna, es la que nos ordena hablar y actuar, la responsable del bienestar y del malestar; por eso el primer paso es empezar a conocer su funcionamiento. Las enseñanzas budistas, basadas en la lógica, nos proporcionan las claves para ello, teniendo así recursos para ser felices en cualquier situación. La causa de todos nuestros problemas es una mente sin control.

También nos recuerda que si no cuidamos lo que decimos podemos causar malestar. Pero aun estando solos, la mente no para, por eso es muy bueno enfocar cuidadosamente nuestros pensamientos para analizarnos. Necesitamos aplicar un método interno, que consiste en controlar y erradicar los pensamientos negativos de odio, apego, orgullo?; y desarrollar los positivos como la compasión, el amor, la paciencia, la estima a los demás. Así conseguiremos una paz interior. «Cuando estamos solos debemos vigilar nuestra mente y cuando estamos acompañados debemos vigilar lo que decimos», dice Atisha. Controlar la mente significa hacerla funcionar de modo que observemos las desventajas de actuar negativamente, sin control; evitando realizar acciones que nos puedan acarrear problemas.

El lama Gueshe Tenzing también nos enseña que si deseamos la paz, primero la trabajaremos en nosotros mismos y luego ensancharemos el círculo a nuestro alrededor. Distinguimos los estados de felicidad e infelicidad, pero no quiere decir que conozcamos el funcionamiento real de nuestra mente. Las emociones aflictivas que nos influyen negativamente son muchas y una de las principales es el odio. Son los enemigos que realmente hay que derrotar, los responsables del malestar mental.

El odio o enfado es un estado mental que destruye nuestra paz interior. Alguien afectado por el odio, no experimenta en absoluto bienestar; a veces, ni siquiera puede conciliar el sueño o disfrutar con una buena comida. Pensemos que una persona que nos muestra odio, no es libre por estar bajo la influencia de una mente negativa. Así, responderle con odio no calmará su odio; igual que no podemos enfriar agua hirviendo, echando más agua hirviente.

Hemos de utilizar todos los aspectos positivos de la mente para contrarrestar los negativos de esta. Enfocando la mente hacia nuestro interior, los problemas se solucionarán auténticamente, y cuanto más pensemos en beneficiar a los demás, más felicidad obtendremos. También es imprescindible practicar la paciencia si deseamos obtener paz mental. Puesto que no podemos eliminar a todos nuestros enemigos externos, es infinitamente mejor practicar paciencia cuando surge en nosotros odio o enfado.

Practicar la paciencia

Como dice Shantideva, «¿cómo podrías encontrar cuero suficiente para cubrir la superficie de la Tierra? Tener cuero en la suela de tus sandalias es lo mismo que cubrir toda la tierra. Practicar la paciencia no significa permitir que abusen de nosotros, sino que es una fuerza interior que nos facilita encarar los problemas positivamente. Cuanta más paciencia practiquemos, más felices seremos, y cuanto más practiquemos el enfado, menos paz tendremos». «Si tengo dolorosos pensamientos de odio en el corazón, no tendré paz ni alegría. Vencer a los enemigos, tan ilimitados como el espacio, es un objetivo imposible. Aunque venciendo al odio, habré vencido a todos ellos», señala Shantideva.

Otro estado mental que nos quita la paz es la ansiedad o preocupación. Surge después de reconocer que no estamos teniendo éxito o al detectar fallos en nuestras actividades. Ante cualquier problema tenemos dos posibilidades: que hayamos hecho algo mal en el pasado pero podamos cambiarlo -como tiene solución, no hay por qué preocuparse, lo importante es no volver a cometer el mismo error-; que no tenga solución, y entonces, ¿qué utilidad tiene ser infeliz por algo que no tiene remedio? «Si algo puede remediarse, ¿por qué sentirse desgraciado? Si algo no puede remediarse, ¿de qué sirve sentirse desgraciado?», dice Shantideva.

La tristeza es otro estado que nos quita la paz. En esos momentos tenemos que dirigir la mente hacia lo bueno que tenemos, familia, medios, oportunidades. El objetivo principal de la filosofía budista es el de pacificar la ansiedad y el sufrimiento. Es importante recordar que disponemos de inteligencia y capacidad para desarrollar nuestro gran potencial y darnos cuenta de que podemos superar los problemas mentales con disciplina y adiestramiento. Con las actitudes mentales negativas, la mente no es libre, y así no podemos controlar y evitar actos que pueden dañar a otros. Si por el contrario nuestra mente se llena con actitudes internas de paz, amor, compasión y sabiduría, se volverá más calmada y pacífica, y se reforzará. Además, es muy importante desarrollar tolerancia y paciencia para contrarrestar el sentimiento de superioridad hacia los demás, queriendo dominarlos.

El antídoto es intentar respetar a los demás viendo que también buscan ser felices. La felicidad es algo que no depende de las cosas externas sino de una mente bondadosa. Parece que temporalmente se consiguen ciertos resultados mediante disputas o con el enfado, pero así no puede conseguirse paz ni felicidad a largo plazo; en cambio, si trabajamos internamente el buen corazón, irradiaremos armonía y consideración hacia nuestros familiares y demás seres con los que nos relacionemos, beneficiándolos tanto a ellos como a nosotros mismos, haciendo así de nuestra vida algo significativo.

Gueshe Tenzing nos dice que vivamos en armonía con los demás. Si no podemos ayudarles, al menos procuremos no dañarles. Si a nosotros mismos nos desagrada el dolor y nos gusta ser felices, ¿Ccmo podrían no desear lo mismo los demás seres? La causa de la felicidad es un buen corazón, y la causa de la insatisfacción es la falta de consideración hacia los demás, la envidia, el odio y otras actitudes destructivas. Expresemos nuestro buen corazón con las palabras y con una sonrisa. w

«Por mi propia experiencia os puedo asegurar que, definitivamente, es posible conseguir esa paz interior por medio de nuestra capacidad personal y nuestro esfuerzo, y no es preciso hacerse budista para experimentar la paz que resulta de aplicar estas técnicas. En armonía con los demás, podemos crear una buena atmósfera para la paz, expandiéndola luego al mundo. Dicha paz mundial depende completamente de la práctica personal del buen corazón, la paciencia, la tolerancia? Si queremos paz en torno a nosotros, en nuestro mundo, es necesario desarrollarla en nuestro interior, así habrá paz directamente con las personas más cercanas e, indirectamente, con el mundo», dice Gueshe Tenzing Tamding.

en primera persona

Mari Paz González de Lema es alumna del monasterio budista