Mi primer vinilo

David Pedrouzo

FIRMAS

23 nov 2014 . Actualizado a las 04:00 h.

Al principio me acercaba hasta allí en horas en las que me saltaba las clases de la tarde. Hacía una parada en el croisant para hacerme con un pan de chocolate y tímidamente caminaba hasta el final de las galerías hasta llegar a la puerta. Recuerdo que siempre había gente, algunos de ellos buscando entre los estantes de cedé. Los de edad más adulta sacaban vinilos del mueble y los DJ´S de moda por aquel entonces probaban los maxi singles que pincharían después ese fin de semana.

Si no recuerdo mal mi primera compra fue Achtung Baby, de U2, en vinilo, para escuchar en mi minicadena marca innombrable que más que reproducir los discos, los destrozaba. Me lo vendió Carlos. Aunque nunca se lo conté, me recordaba al cantante de Wet, Wet, Wet por culpa de una coleta que ambos lucían en aquellos años. No me hizo mucho caso, supongo que era el decimotercer chaval que le compraba el disco de los irlandeses aquel día, así que para ambos era difícil presagiar que 25 años después nos uniría una gran amistad.

25 años de los cuales Carlos y compañía se han ido poco a poco quedando solos en esto de vender discos a base de lucha y corazón y, por qué no decirlo, cojones. Esos que hacen que sigan abriendo su tienda, hoy en Samuel Eiján, poniendo el disco del día de fondo y contestando a los clientes que preguntan: «Suso, ¿qué está sonando?

25 años se dicen pronto verdad... Sabéis, mañana me levantaré, compraré un pan de chocolate en el parque de San Lázaro y caminaré hasta Peggy Records. Ojearé las estanterías de vinilos y cedés y seguro que encontraré un puñado de buenos discos, iré al mostrador y le preguntaré a Carlos cuál es el mejor de todos y seguro que acertará.