Un «annus horribilis»

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

FIRMAS

Las lesiones graves se ceban con Alicia Fernández, Alba Dapena, Pablo Cacheda y David García, cuatro figuras del balonmano gallego

06 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

«Son gajes del oficio. Siempre estás expuesto a este tipo de lesiones, y más en un deporte como el balonmano». Así, con aplomo, se tomó Alba Dapena la confirmación de que su rodilla derecha deberá pasar por el quirófano. Hace semana y media, durante un entrenamiento, la pivote del Guardés de División de Honor hacía un mal apoyo al fintar y enseguida se daba cuenta de que su rodilla no respondía. Ayer le diagnosticaron que sufre la rotura del ligamento cruzado anterior, y que deberá pasar por el quirófano.

Alba, una de las referencias del Guardés, es la última en sumarse a la desafortunada lista de lesiones que integran Alicia Fernández (Porriño), Pablo Cacheda (Valladolid) o David García (Cangas), nombres propios del balonmano gallego que han visto cómo esta temporada se torcía por problemas físicos.

Fue en Castelldefels, durante un partido de Liga, donde Alicia Fernández sufrió la rotura del cruzado anterior de su rodilla izquierda. Tras haber liderado la lista de máximos anotadores del balonmano nacional durante semanas, la central del Porriño se despedía la temporada. «El lunes me opero, y estoy deseando que pase. Hay que ser optimista, saber que le puede pasar a cualquiera, y que con trabajo y esfuerzo puedes volver igual o mejor de lo que estabas». Tanto Alicia como Alba se han despedido de esta temporada, por delante tienen medio año de recuperación que afrontan con positividad. Ellas han sido las últimas en sumarse a la plaga de lesiones de rodilla que afecta a la División de Honor femenina, que en solo unas semanas ha perdido a siete jugadoras. Ni Alicia ni Alba buscan explicaciones a sus lesiones, aunque reconocen que el hecho de coincidir tras el parón, les hace pensar que la falta de competición las perjudicó.

El camino andado

Fernández y Dapena comenzarán en los próximos días un camino que Pablo Cacheda recorre desde hace seis meses. El central, referencia en el balonmano gallego, pasó por el quirófano hace medio año para atajar también una rotura de ligamentos en la rodilla. En su primer amistoso con el Valladolid, al que llegó en verano, se rompía y daba al traste con la temporada. Ahora, en la recta final de su recuperación, es optimista.

Pablo, al igual que David García, espera con ansia volver a la pista. El central del Cangas sufría a finales de enero una rotura de ligamentos en el tobillo que dejaba a su equipo muy tocado en cuanto a gol. Optó por un tratamiento conservador y cruza los dedos para volver a jugar este mes. Tanto él como el Cangas cuentan los días para su reaparición.