Una pica en Costa Rica

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

FIRMAS

El vigués Dioni Quelle trabaja para introducir el balonmano en el país tico

28 feb 2014 . Actualizado a las 10:38 h.

Dioni Quelle (Vigo, 1968) lleva media vida con la mochila a cuestas. Esa que se colgó en su Vigo natal y que le ha acompañado por Lalín, Camariñas, Ibiza o Ecuador en un periplo vital y deportivo cuya última parada es, al menos hasta el momento, Costa Rica. Llegó al país centroamericano hace poco más de un año para tomar las riendas de la incipiente selección absoluta femenina de balonmano. Un proyecto ambicioso en un país en el que el handball ha pasado en los últimos meses de estar en pañales a dar sus primeros pasos.

A los pocos meses de aterrizar en Costa Rica, Dioni dirigió a la selección tica al oro de los juegos centroamericanos, y desde entonces todo ha sido un no parar. Asumió de forma interina la dirección de la selección masculina y la dirección técnica de la federación, un cargo que le renovaron hace unas semanas, y que supone para el entrenador «unha tranquilidade. O sinal de que están contentos comigo».

Dioni Quelle ha pasado de entrenar en un país como España, con más de 90.000 balonmanistas federados, a ser el responsable deportivo en un país con 800 practicantes, y en donde parte de su responsabilidad pasa por popularizar y expandir la disciplina. Un reto ambicioso, pero que asegura que no le asusta. «Déronme un cheque en branco en canto a confianza, e iso é moi importante. Estou moi satisfeito co que estamos conseguindo», declara. Entiende que los resultados absolutos tienen la llave para que el balonmano cuaje en Costa Rica, y en ello se agarra. «O traballo pasa polos maiores. Asígnannos recursos en función dos éxitos das seleccións absolutas, e elas son as que marcan o camiño».

En los últimos meses ha detectado cómo la disciplinia acelera el paso en el país centroamericano y capta cada vez más atención, pero queda mucho trabajo por hacer. «Aquí a selección funciona ao revés que en España. Os deportistas veñen á selección a mellorar, e despois van aos clubes», detalla. Entrenar entre cuatro y cinco sesiones semanales y buscar partidos son una pequeña parte de la hoja de ruta que Dioni ha marcado como camino hacia el éxito, y que incluye entre sus paradas una visita a Galicia. La selección absoluta femenina costarricense, con Dioni a la cabeza, viajará en junio a tierras gallegas para «xogar unha ducia de partidos», ver cómo se trabaja en lugares como Cangas, Vigo o Cambados, y ya puestos, sacudirse un poco la morriña.

Solo falta su hija Iria

Aunque Dioni no es de los de echar la vista atrás, y se reconoce feliz en Costa Rica, «sempre botas de menos á familia, sobre todo á miña filla de trece anos, o único que me falta para ser feliz completamente aquí», confiesa. Aunque el hecho de tener en Costa Rica a su esposa y a su hijo Theo mitiga mínimamente la ausencia de la mayor de sus retoños, Iria, reconoce que vivir lejos de ella es duro, y su memoria viaja constantemente hasta Galicia. «Estamos a puntiño de ter unha nena que vai ser costarricense, pero cun nome moi galego, Lúa», cuenta mientras se le ilumina la voz.

Cada pequeño o gran avance con las selecciones ticas, o cada niño o adulto que se acerca al balonmano en el país es un nuevo éxito. Un argumento más para seguir adelante en un lugar al que se ha acostumbrado rápidamente, pero del que sigue sorprendiéndole su «protocolo». «Aquí se te cruzas cun conocido, non che di ola, dirache `Buenos días don Dionisio, ¿cómo le va?´». Mucha «parafernalia» para un técnico más acostumbrado a las directrices breves que a los grandes discursos. En Galicia, o en Costa Rica.