Uxío González: «Una comisión de control es algo imprescindible»

La Voz

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Uxío González (izquierda) en su etapa de          concejal con operarios municipales.
Uxío González (izquierda) en su etapa de concejal con operarios municipales. m.G.B.< / span>

23 feb 2014 . Actualizado a las 06:00 h.

«Controlar a las concesionarias y a las contratas municipales debe ser un cometido prioritario en un concello. Nosotros hicimos lo que pudimos», explica Uxío González, exconcejal socialista de Obras entre 1999 y 2003, mandato en el que se creó en el Concello vigués una Comisión de Control de las Concesionarias. Su objetivo era poner un poco de orden en la actividad de la maraña de empresas privadas, pero desapareció en el mandato siguiente y para siempre. González lamenta que no haya pervivido.

«La comisión hizo en aquel momento lo que pudo. Se puso en marcha y dispusimos de un técnico para organizar el trabajo. Y en seguida descubrimos que había mucha labor que hacer», explica González.

Los ejemplos que recuerda una década después llaman poderosamente la atención. «En aquel momento Cespa estaba a cargo del mantenimiento del paseo de Samil, pero cada vez que pasaba algo o se levantaban losetas, era personal de Vías y Obras del Concello quien se encargaba de hacerlo. No sé si era por desidia, pero así ocurría».

También tiene muy presente lo que pasaba con Aqualia y el mantenimiento de las fuentes públicas. «Más o menos lo mismo. Cuando surgía una avería de nuevo los operarios de Vías y Obras se hacían cargo del arreglo, pero al final las cosas quedaron claras. Eso sí, hubo que pelear para que se cumplieran los contratos».

Para poner un poco de orden, lo primero que hizo la comisión fue un resumen de los contratos existentes y las obligaciones de cada una de las empresas. De esta forma se pretendía evitar despistes y tener visibles las obligaciones de cada empresa, pero tras aquella novedosa experiencia la comisión desapareció.

Al margen del trabajo interno, los representantes políticos en la comisión se reunían periódicamente, y debatían sobre el trabajo de las concesionarias. Algo que hoy no existe, y que los cambios legales casi impiden. A principios de la pasada década la adjudicación de contratos era una cuestión de pleno y ahora se resuelve en la junta de gobierno. Por tanto, la oposición se entera a toro pasado y sin detalles. A modo de ejemplo, Caballero pudo prorrogar la gestión de Aqualia con la mayoría de la corporación en contra, lo que entonces hubiera sido imposible.

González cree que uno de los problemas del sistema es la falta de control. «Las empresas ofertan mejoras para hacerse con los contratos y las concesiones. Después, en muchos casos no hay control, pero el contrato es suyo igualmente», constata. «Y no es algo sin importancia, en Vigo y en casi todos los concellos, en la mayoría de los departamentos trabajan dos o más empresas privadas».