Manuel Pombo es la pata de conejo del Deportivo. Con él al frente del banquillo blanquiazul, el equipo no conoce la derrota. Siete puntos en tres partidos acumula el preparador físico en su labor de técnico interino.
Su estreno llegó el año pasado, cuando Fernando Vázquez fue expulsado durante la visita del Zaragoza y su ayudante tuvo que relevarle a pie de pista en el desplazamiento al Ciutat de Valencia. Antes de salir hacia tierras levantinas, Pombo se había mostrado absolutamente confiado en una victoria que llegó por goleada (0-4). En el choque siguiente, en Riazor frente al Athletic, el resultado fue 1-1.
Y si en la campaña del descenso fue el conjunto maño el que sacó de quicio a Vázquez hasta terminar expulsado, en esta se repitió escenario, rival y sanción. Dos partidos por la roja recibida frente al equipo de Paco Herrera.
En ese intervalo pudo haber llegado la primera mancha al currículo de Pombo, pero una gripe le evitó al coruñés vivir la derrota en primera persona. El preparador físico no pudo viajar a Tenerife, donde el Dépor cayó por 2-0.
El mismo resultado por el que vencieron los blanquiazules al Castilla, en un encuentro en el que el segundo de Vázquez sí figuró al frente del banquillo. Un puesto, entre el grupo de suplentes, del que Pombo fue desalojado ante el Mirandés, lo que le acarreo un par de encuentros en la grada.
Para el Toralín, mostraba la misma confianza que su jefe. Lo dejó claro el viernes al salir del entrenamiento en Riazor: «Voy a seguir con la racha. Seguro».