La residencia tiene las puertas abiertas

La Voz

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18 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El asilo de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados lleva semanas con la verja y la puerta principal abierta, incluso con maderos en el umbral. Cualquier intruso puede acceder desde la calle Pi y Margall al inmueble, que lleva años en estado ruinoso y de abandono.

Es un símbolo del deterioro que padece el edificio desde que en el 2010 los okupas e indigentes invadieron el inmueble para pernoctar allí y provocaron varios incendios por descuido.

La promotora pidió permiso en el 2011 a la comisión provincial de Patrimonio de la Xunta para derribar el inmueble y el resto de las casas del proyecto pero el informe fue desfavorable. La inmobiliaria incluso garantizaba que la fachada del asilo sería desmontada piedra por piedra y reconstruida en otro sitio. A día de hoy, el asilo sigue en pie.

En noviembre del 2011, un portavoz de Karpin pidió el desalojo del inmueble porque había sido ocupado por un grupo de activistas contra el capitalismo y la especulación. Tras ocho años de la compra, el inmueble presentaba numerosos daños en su estructura.

En los últimos años, los bomberos de Vigo han vuelto al edificio y al Barrio do Cura a apagar fuegos en el interior. Algunos indigentes incluso acceden al asilo por un jardín cercano.