El vehículo perteneció al ejército nazi antes de ser vendido al español
04 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Si alguna vez han adelantado o visto pasar a su lado una moto color beis y un sidecar con una metralleta, sepan que tuvieron la oportunidad de cruzarse con Luis Juncal, el poseedor de una moto que perteneció al ejército nazi y fue vendida al cuerpo español hacia el año 1945.
Luis Juncal, ahora jubilado, disfruta restaurando motos y paseando en ellas, acudiendo a concentraciones cuando el tiempo acompaña o yendo a los recados impuestos por la vida diaria. La moto BMW que posee la adquirió hace unos 20 años en A Coruña. Define su compra y su puesta a punto como una aventura, dadas las malas condiciones en las que se hizo con ella. «Cando a comprei nin sequera funcionaba. Era un risco. Pénsao, compras algo caro e non sabes nin o que che vai custar logo».
Desmontó su motor dos veces antes de conseguir que volviese a la vida. Poco a poco consiguió restaurarla completamente y que esté en unas condiciones de funcionamiento, óptimas, para andar por carretera. «Dá gusto andar con ela», afirma Juncal al continuar contando la historia del vehículo. «Ten toda a documentación en regra para moverse por aí, é completamente legal. Cando imos as concentracións fai os seus quilómetros e non ten dúbida».
Es habitual que cuando la aparca, decenas de curiosos se abalanzan sobre la moto para coserlo a preguntas y pedirle fotos a su lado o sobre ella. «Hai ocasións nas que nin vexo a moto da xente que a rodea. As veces xa teño que deixala sola e marchar», ríe mientras observa su preciada posesión.
Un objeto casi único
La metralleta que luce en el sidecar no es original. Fue fabricada en España y pertenecía a un tanque de guerra. Dice que se topó hace años con una original pero su precio era prohibitivo. Desistió de su compra. Sobra decir que está inutilizada legalmente, y es un mero detalle ornamental, para «facer chiste»
Luis sabe que hay otro modelo igual al de su moto en Gondomar (y que lució en el edificio Sarmiento de Pontevedra durante el tiempo que duró la exposición a la que pertenecía) y sospecha de la existencia de una tercera, aunque no lo ha podido comprobar todavía.
En la parte trasera luce un aguila y una esvástica dorada, no originales del vehículo, que colocó años después de su compra. «Algún tenme dito de todo por lévala. Non entenden que é simplemente unha peza de colección, algo decorativo. Non é ningun tipo de apoloxía, nin nada parecido. É un adorno daquela época e xa está. Moitos non o entenden», finaliza Luis mientras vuelve a tapar la histórica motocicleta y la dirige hacia uno de los garajes que hay en su finca.
En las concentraciones moteras, la moto es un imán de curiosos
Los componentes de la moto son extemadamente difíciles y caros de conseguir