José Luis Arellano preside el Gremio de Mareantes, que mantiene una posición de privilegio en la procesión que hoy recorre la ciudad
02 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.José Luis Arellano (Pontevedra, 1947) preside desde hace siete años el Gremio de Mareantes, la entidad viva más antigua de la ciudad, fundada como Cofradía do Corpo Santo en 1320. Sus 400 socios actuales son herederos de los hombres de la mar que promovieron la construcción de la Basílica de Santa María. Este gremio se identifica plenamente con el Corpus, una festividad que en Pontevedra tiene unas peculiaridades muy marineras. En la procesión que hoy recorrerá las calles del centro histórico, los Mareantes tienen un especial protagonismo por el que han tenido que pelear ante quienes en algún momento se resistieron a reconocérselo.
-¿Cuál era y cuál es el papel de los Mareantes en el Corpus?
-El Corpus se remonta al 1300 o 1400 y en su origen era el Concejo y los regidores locales quienes tenía la responsabilidad de organizar y costear la procesión. Se apoyaban en la mayor entidad gremial, los Mareantes, que ostentaban la posición más fuerte en el desfile con sus símbolos más preciados. Había trece cofradías cada una con su santo patrón y la Iglesia era una más con la Santísima Trinidad. Fue en la República cuando los regidores municipales dejaron de organizar la procesión y el gremio asumió esa responsabilidad. Ya en fechas más recientes se nos fue apartando y ahora nos limitamos a participar y mantener nuestra representación. Hoy no sé quien la organiza, si la parroquia de Santa María o el grupo parroquial, que son cosas distintas.
-¿Perdió privilegios el gremio?
-En la procesión ninguno. Seguimos manteniendo nuestro sitio de privilegio como parte más representativa, con los cetros de Teucro, de san Miguel, del Santísimo, el palio y las imágenes de san Miguel y san Telmo. La cruz parroquial que abre la procesión, no es parroquial, también es nuestra.
-Hubo un año que no salieron en la procesión ¿Está superado aquel conflicto del palio?
-Aquel año no salimos porque cuando llegamos a la procesión nos encontramos con que el anterior párroco o el grupo parroquial quiso sacar un segundo palio y relegar el nuestro. Ese fue el motivo de conflicto. La solución que buscamos fue que se nos respetara el espacio que nos corresponde y fuera de ahí que hicieran lo que quisieran. Desde entonces salen dos palios.
-¿Qué tal son las relaciones con el nuevo párroco?
-Bien, bien. Las relaciones son buenas. Por nuestra parte ya habíamos rebajado la tensión y se había recuperado la relación, aunque hay cositas pendientes. Este va a ser el primer Corpus con el nuevo párroco. Y a ver...
-El Corpus pontevedrés tiene muchas connotaciones marineras y también paganas.
-Es que los mareantes tenían mucha fuerza y entre los santos gremiales no solo están nuestros patrones san Telmo y san Miguel, también san Juan Bautista, patrón de los carpinteros de ribeira. Y es verdad que en el cetro de Teucro, que data de 1850, lo que perdura es un culto pagano, por eso va escoltado por dos cruces y solo cede en importancia ante el Santísimo.
-¿Y la Nao, que algunos identifican con La Gallega?
-Es propiedad de la Armada y este año no va a salir porque no está en buenas condiciones. Los técnicos del Museo, donde se guarda, recomendaron no sacarla. No es La Gallega, alude a la «conquista» de Sevilla por parte del Almirante Paio Gómez Charino. Pero hay precedentes de esa nao. En el XVII y XVIII, cuando la fiesta del Corpus duraba tres días, había una nave sobre ruedas que tripulaban marineros de A Moureira y la ponían delante del Concejo.
-Otra peculiaridad de la procesión es el baile de las imágenes ¿Es cierto que imita el vaivén de las olas del mar?
-El más bailón es san Miguel. Ese baile para nosotros es más bien por el pique que había entre este patrón y san Juan. Hay una tradición que se perdió y que consistía en que al acabar la procesión los costaleros echaban a correr con las imágenes de adelante a atrás hasta casi chocar. Entonces, los dos santos se saludaban y se despedían hasta el próximo año. Pero lo único que tenemos documentado es la característica del palio de golpear con las barras en el suelo, simulando el movimiento de los remos.
-¿Qué otras tradiciones desaparecieron?
-El gran esplendor que tuvo el Corpus se perdió y cuando apartaron al gremio, no mejoró nada. La danza de las espadas que hay en Marín era una tradición del Corpus de Pontevedra. Se perdieron los impresionantes altares que se montaban en las plazas de la zona vieja. También las alfombras que antes cubrían la mayoría de las calles. Afortunadamente, este año vamos a tener alguna porque mi prima Gloria Orellano, que lo había dejado por problemas de salud, ha vuelto a esta tarea.
-Lo que sí se conserva es la tradición de invitar a la corporación a la copa de caña y el pan de maíz ¿Qué significado tiene?
-Los marineros tomaban un aguardiente de caña y pan de maíz antes de salir a la mar para fortalecer el cuerpo. Desde el siglo XIV se mantiene la tradición de que el alcalde y miembros de la corporación vengan a buscar a los Mareantes a San Roque para trasladar a nuestros santos patrones a la Basílica e incorporarlos a la procesión. Y antes de partir, los invitamos a la caña y el maíz, como acostumbraban a hacer los marineros. Lo que se perdió fue el pleno que se convocaba de víspera haciendo tañer las campanas del Concello para invitar a los ediles a asistir al Corpus.
-El gremio ha restaurado sus símbolos. ¿Este será un Corpus especial por ese motivo?
-La restauración que ha hecho el taller de Vilagarcía de Manuel Nogueira es una maravilla y le estamos muy agradecidos a la Diputación por hacerla posible. Esas alhajas, que custodia el Museo, son muy antiguas y tienen un gran valor. Todas lucirán hoy en la procesión. El cetro de san Miguel, el escudo y la espada de la imagen de este santo, el cetro de Teucro, el del Santísimo y la nao de San Telmo.
-¿Que más alhajas tiene documentadas el gremio?
-Ese es un pequeño contencioso que tenemos pendiente con Santa María y lo que tenemos documentado puede levantar ampollas. El altar del Cristo de la Agonía, la cruz parroquial, lámparas, candelabros, cálices o la corona de santa Catalina, son nuestros. Algunas de esos objetos se guardaban en arcones de los que tenía llave la Iglesia y nosotros. Se sacaban en ocasiones especiales y se volvían a guardaban, hasta que dejaron de hacerlo. No solo hicimos la casa, también aportamos el material para oficiar, haciendo constar que era para uso y disfrute de los feligreses. Y lo único que queremos es que se nos reconozca su propiedad.
josé luis arellano Guiance presidente del gremio de mareantes
«La costumbre de tomar la caña y el pan de maíz viene desde siglo XIV»
«Hay otros objetos en Santa María que también
son nuestros»
«Nuestras alhajas restauradas lucirán hoy en
la procesión»