Piruetas hacia el gran sueño

Nino Soto PONTEVEDRA / LA VOZ

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Alba Cochón, de 11 años, lleva media vida en el Club Saraiba de Poio. Este año busca una plaza en el Campeonato de España de Gimnasia Rítmica

28 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

No es el deporte más espectacular. Tampoco el más seguido. Pero sí es uno de los más exigentes. Y cuando lo fácil es jugar al fútbol o al baloncesto, Alba Cochón Loureiro se inclinó por la gimnasia rítmica.

«Me gustaba mucho bailar y como hay algo de baile en la gimnasia, me animé a probar», relata la vecina de Poio de 11 años. Y pese a su corta edad, no le pica el gusanillo para probar otra modalidad deportiva.

Tenía 5 o 6 años cuando empezó a ejecutar sus acrobacias sobre el tapiz. «Lleva media vida en la gimnasia rítmica», apunta su madre, María José Loureiro.

Alba, una estudiante de sobresaliente de 6º de Primaria en el Isidora Riestra de Poio, afirma que la gimnasia rítmica «es como bailar, pero bailas con varias personas y utilizando mazas, aros y otros aparatos».

Domina los giros, los saltos, el equilibrio y las piruetas. Lo suyo es arte. La gimnasta es una de las muchas que forman el escuadrón del Saraiba de Poio, un club capitaneado por las entrenadoras Sandra Fernández y las hermanas Paula y Eva Piñeiro.

Alba y el resto de sus compañeros comenzaron a entrenar en septiembre y la competición está a punto de arrancar. Es el momento de la verdad. Competirán en torneos a partir de la próxima semana, pero uno de los meses marcados en su calendario es junio. Será el momento de luchar por el Campeonato Gallego.

Alba entrena entre cintas, aros, pelotas, mazas y cuerdas. Lo hace cuatro días a la semana, en sesiones de dos horas, exceptuando la del sábado, que se prolonga durante tres. Y pese a su potencial para convertirse en una estrella del deporte, sabe que su éxito está ligado al de sus compañeras de equipo (Sabela, Alba, Laura Gómez, Laura Vázquez e Iria).

Subió a lo más alto del podio en algunos torneos, pero el gran objetivo de Alba, que cumplirá 12 años en junio, es clasificarse para el Campeonato de España. Es una meta difícil, pero alcanzable. «Tengo que trabajar, trabajar y trabajar», apunta la niña. «Necesito esfuerzo y claro, quedar bien clasificada en el Gallego», recalca. El año pasado fue cuarta en conjunto. No cabe duda de que Alba va por el buen camino, tanto sobre el tapiz como en el aula. «Sus profesoras y entrenadoras dicen que es una niña trabajadora», subraya su progenitora.

Alba, a quien se le da muy bien el dibujo (fue la autora del cartel de fiestas de San Xoan de Poio del año pasado), es pura elegancia. Disfruta de los cinco aparatos de la gimnasia rítmica, pero atesora uno en particular. «El que más me gusta es la pelota. Es el que me llama más la atención y el que mejor manejo», explica.

Le gustaría llegar lejos en el tan complicado mundo de la rítmica, y por eso se mira al espejo de Carolina Rodríguez, gimnasta que acumula ocho títulos nacionales. Le «gusta mucho» como la leonesa ejecuta sus rutinas. «Me encanta lo que hace».

desde la base. La promesa