La tormenta en Lleida parece no tener fin y se complica la opción de evitar la huelga y disputar el choque en Ourense. La tarde ayer fue convulsa. Los jugadores, con Feliu como portavoz, dejaron claro a través de un comunicado que, desde el jueves pasado, la directiva sabe que o les paga lo que les debe o no viajarán a Ourense. Este ultimátum tiene fecha de caducidad: «Si el miércoles no nos pagan, no viajaremos», dijeron.
Todo viene de la duplicidad de contratos que existen desde que Edu Torres se hizo cargo del club. Torres ya no está y dichos contratos son inasumibles por la entidad que ahora preside Félix González. Las dificultades para cubrir el presupuesto provocaron que pagasen 1.000 euros mensuales a cada jugador, pero ahora estos no quieren firmar el nuevo contrato que les presenta la entidad «a cambio de cobrar todo lo que les deben», según el presidente.
La postura de fuerza de los jugadores en defensa de sus contratos puede provocar un precedente en la categoría si no se presentan a jugar en Ourense. Las consecuencias serían una multa de entre 3.000 y 15.000 euros para el club, la victoria del COB por 20-0 y la resta a Lleida de un punto. Si repitiesen la acción la próxima jornada, serían excluidos de la competición y se eliminarían los resultados del equipo. Las posturas están muy enfrentadas y hoy se sabrá si habrá partido o no en el Pazo el viernes. El presidente ilerdense dice que la única salida es que cedan los jugadores, pero anuncia que hablará con la FEB para tomar la mejor decisión. Entiende que «si cada uno no pone de su parte, tendremos que cerrar». Sería la tercera vez que sucede eso en Lleida con la anuencia de la Federación, que mira hacia otro lado.
En Ourense, Rafa Sanz dijo «no tener ni idea de que igual no viajan. Es una situación injusta e incómoda, pero nosotros lo único que debemos hacer es entrenar para jugar lo mejor posible e intentar ganar».