La temporada alta de esquí llega a Vigo di Fassa, un encantador pueblo italiano en los Alpes tiroleses donde se habla ladino
20 ene 2013 . Actualizado a las 06:00 h.la bujía del domingo Por Eduardo Rolland
H eidi, Pedro, Niebla y el abuelito podrían vivir en Vigo. Siempre que lo hiciesen en Vigo di Fassa. Porque nuestro homónimo italiano es un encantador pueblo perdido en las montañas, en plenos Alpes tiroleses, donde los paisajes son de postal, como los de la serie japonesa de dibujos animados inspirada en la novela de Johanna Spyri.
El Vigo trasalpino tiene cinco veces más camas que habitantes. Y no porque sus habitantes sean especialmente soñolientos o apasionados. Sino porque este pueblo de apenas 1.223 habitantes censados vive estos días el furor de la temporada alta de esquí, ofertando más de dos mil camas de hotel y otras cuatro mil en residencias y casas particulares.
En el entorno de Vigo di Fassa están las grandes estaciones de esquí del Norte de Italia, repartidas entre los Alpes y los Dolomitas Occidentales. De hecho, el paisaje del pueblo, en todas direcciones, es de altísimas montañas, algunas ya situadas en territorio de Austria.
Además, un teleférico permite ascender, desde el mismo centro de Vigo, a la cumbre del Ciampedie, de 2.000 metros, desde la que se domina todo el valle Di Fassa. Son paisajes que en verano hemos visto en el Giro de Italia, en las duras etapas de montaña de los Dolomitas. Y que en invierno están completamente cubiertas de nieve.
Campo de dios
Ciampedie significa «campo de dios» en la lengua autóctona de los habitantes de Vigo. Que no es el italiano, sino el ladino. Se trata de un idioma de origen latino que apenas hablan 38.000 personas, todas en estos valles y montañas. Tras la caída del Imperio Romano, era la lengua de la región norte de los Alpes. Pero la historia la fue relegando en favor del alemán y del italiano.
El ladino se mantuvo en los pueblos más aislados, como Vigo di Fassa. Pero no desapareció ni siquiera cuando el propio Benito Mussolini la prohibió e impuso el italiano en la región. Hoy, nuestro Vigo alpino cuenta incluso con un museo dedicado a la cultura y lengua propias del país. Es el Museo Ladino di Fassa, orgullo de la comarca, un moderno edificio diseñado por el renombrado arquitecto Ettore Sottsass y decorado por el genio del cómic erótico Milo Manara.
Y es que en Vigo di Fassa se respira prosperidad, gracias al turismo. Ante una foto del pueblo, nadie diría que es italiano. En realidad, culturalmente están más vinculados a centroeuropa y en toda la zona el alemán es una lengua común. Al punto de que la región goza de una autonomía especial desde 1972 e incluso ha habido iniciativas para celebrar un referéndum en el que los habitantes decidiesen seguir siendo italianos o unirse a Austria. Sólo por el nombre, en Vigo los haríamos gallegos con toda naturalidad. Y una ciudad que ya cuenta en su término municipal con un Parque Nacional, en las islas Cíes, seguro que no haría asco a tener una nueva parroquia en los Alpes, con estación de esquí.
Tirol del Sur
La región autónoma a la que pertenece Vigo di Fassa es el Trentino-Tirol del Sur, que tiene su capital oficiosa en la ciudad de Trento, donde se celebró en el siglo XVI el concilio que decretó la existencia del purgatorio y donde se inició la guerra de Roma contra el luteranismo.
Y es que Vigo tiene historia. También el de Di Fassa. Nadie diría que este pequeño pueblo fue en el siglo VII capital del reino de los Lombardos, pueblo bárbaro que se quedó con el norte de la bota italiana. Sin embargo, el Vigo que hoy vemos ha sido completamente reconstruido, después de que un incendio arrasase por completo la población en 1921. El resultado es un pueblo de postal, demostrando un gusto urbanístico impropio de otras latitudes, como las nuestras, por ejemplo.
Quien tenga curiosidad por conocer el Vigo de los Alpes, el aeropuerto más cercano es Bolzano, una pequeña ciudad situada a ochenta kilómetros. En temporada de invierno, hay muchos vuelos para los aficionados al esquí. Una noche de hotel en Vigo di Fassa oscila estos días entre los 180 euros por noche del Hotel Vigo a los 40 que cuesta una cama en un hostal. En verano, los esquiadores son sustituidos por los aficionados al alpinismo, pues la zona cuenta con varias cumbres y rutas muy apreciadas, con refugios de alta montaña.
Eso sí, si viaja en invierno, estos días los termómetros no suben de los 5 grados bajo cero. Pero puede merecer la pena conocer otro Vigo, perdido en los Alpes.