35 años con Rodolfo Langostino

Eduardo Rolland
Eduardo Rolland VIGO / LA VOZ

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Si Sevilla tiene a Curro y Barcelona, a Cobi, Vigo puede presumir de la mascota crustáceo más internacional y que apenas ha envejecido

09 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La esperanza de vida del langostino tigre es de dos a tres años. Así que estos crustáceos decápodos tienen una corta existencia, que comienza en la arena del mar y suele terminar en una fuente con mayonesa. No es el caso del ejemplar más longevo de la historia, un langostino vigués, de origen pampero, que estas Navidades cumple 35 años sin que se le arruguen los bigotes.

Al igual que Sevilla tuvo a Curro y Barcelona, a Cobi, Vigo puede presumir de una mascota internacional, Rodolfo Langostino, considerado un hito de la publicidad en España. Nació hace 35 años de dos empresas de la ciudad: Pescanova y Ecovigo. Y, con su lema Llevame a casa, nunca ha pasado de moda.

La historia de una de las campañas más populares del país comenzó en 1977, cuando Pescanova recurre a la agencia publicitaria Ecovigo para que cree un anuncio que dé salida a su stock de langostinos durante las fiestas navideñas.

Ecovigo era ya entonces una agencia rompedora. Entre sus hitos, se contaba haber convencido a Salvador Dalí de dar su imagen a las camisas Dalí que fabricaba en Redondela la casa Regojo. El pintor de Cadaqués recibía una peseta por cada prenda vendida. El anuncio, con una chica vestida únicamente con una camisa de hombre, fue un bombazo en 1968, al final del franquismo.

Más tarde, en 1973, la agencia convenció al Real Madrid para rodar un anuncio de las botas Trevinca, que fabricaba Plásticos de Galicia. El futbolista Pirri aparecía metiendo un gol, bajo el lema: «Las botas Trevinca permiten un control exacto del disparo». Era una época en que no se conocían las Nike ni las Adidas Predator.

La fama de audacia de Ecovigo convenció a Pescanova. Había que venderle a los españoles langostinos. Y la Navidad era el momento. Así que, del thinktank de los Del Río surgió un personaje: crustáceo, argentino, con estilo y deje chulesco, Rodolfo Langostino. Y un lema: «¡Llevame a casa!».

«En aquella época estaba de moda Rodolfo Valentino [se recordaban los 50 años de su muerte] y se hablaba de él», resume Carlos Prado, actual presidente de Ecovigo, «y se tiró de la vieja norma de la publicidad: buscar la notoriedad; no intentar convencer con argumentos, sino que se hable de un tema y hacerlo popular».

Prado matiza que, en aquella época, entraba en la empresa y vivió el alumbramiento en segundo plano. «Pero recuerdo perfectamente todo el trabajo de innovación que conllevó la campaña ?afirma- no sólo fue Rodolfo Langostino; también cambiamos la imagen del producto, con nuevos estuches con fotografías y colorido».

Se contrataron espacios en TVE, entonces la única televisión disponible, y la campaña fue un éxito absoluto. Hoy, está considerada una de las mejores de la historia de la publicidad en España.

El profesor José Luis Munuera, en su obra Estrategias de Márketing, sostiene que revolucionó a la propia Pescanova y su gama de productos: «Durante los años sesenta y setenta le empresa estableció sus atributos de marca con la merluza, mostrando imágenes de su captura y resaltando su frescura y calidad. Pero no fue hasta finales de los setenta cuando consiguió notoriedad con el personaje de Rodolfo Langostino, nacido para promocionar la venta de este crustáceo».

El publicista Sergio Rodríguez, autor de Busque, compare y, si encuentra un libro mejor, cómprelo, pone a Rodolfo Langostino entre «lo mejor de los años 80», como un anticipado a una época, en que España «se integra definitivamente en Europa y su publicidad vive la mejor década de toda la historia, situándose como potencia creativa de primer nivel junto a Estados Unidos e Inglaterra».

Homenajes en Internet

Y es que Rodolfo Langostino apenas ha envejecido en 35 años. En parte, porque sólo aparece en Navidad. Y, también, porque en los últimos años han sometido a la mascota a un rediseño más actual, eso que los pijos llaman restyling. Hoy, en Internet Rodolfo Langostino es tan popular que hay una docena de páginas en Facebook en homenaje al crustáceo. Una de ellas, propone un combate entre la mascota viguesa y el pez payaso Nemo, de Pixar. Esto ya en la categoría de lo más friqui.

Ecovigo acuñó más tarde aquello de Madrid se escribe con V de Vigo. Y dio la campanada con Pégalle un corte ó tétano, campaña de los primeros ochenta en que la Xunta esperaba vacunar a 200.000 gallegos y terminó haciéndolo con 800.000. «Hablamos hasta con los obispados y los curas, en las iglesias, al término de la misa, recomendaban a los feligreses que fuesen a vacunarse», recuerda Carlos Prado.

Pero, por simpatía, la mascota de Pescanova se impone a todo lo demás. El crustáceo vigués y porteño cumple este mes 35 años, más de diez veces la vida de su congénere más longevo. Así que, si Sevilla tiene a Curro, y Barcelona, a Cobi, en Vigo tenemos a Rodolfo Langostino.

Carlos Prado bromea ante semejante enfoque del tema: «Visto así, yo creo que habrá que cambiar el escudo de Vigo: el olivo, el castillo, y Rodolfo Langostino».