Reconocimiento a la «marea blanca»

s. g. / m. v. CARBALLO / LA VOZ

FIRMAS

Blanco, Carracedo, López, Traba, Fondo y Varela, en Radio Voz Bergantiños.
Blanco, Carracedo, López, Traba, Fondo y Varela, en Radio Voz Bergantiños. fotos: josé manuel casal< / span>

Los regidores discrepan sobre el acceso que tenían a la información oficial

18 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Los alcaldes y exregidores tienen muy claro un agradecimiento: los voluntarios, la marea blanca, las miles de personas que acudieron a la Costa da Morte para ayudar en la limpieza de la costa. «Déronnos unha lección de solidariedade, chegaban de todas partes, puxéronse á nosa disposición», explicaba el exregidor muxián. Para Carracedo, su trabajo fue «fundamental». Los demás comparten esta impresión, aunque la amplían: a la hora de agradecer los esfuerzos, colocan también a los vecinos, los marineros y cofradías, el Ejército, Tragsa y, en mayor o menor medida, el Gobierno, central y de la Xunta En este punto hay muchas discrepancias.

Blanco asegura que sí hubo mucha información, además de solidaridad y libertad a la hora de las actuaciones, sin cuestiones políticas. Varela discrepa: en efecto, sí hubo mucha «solidariedade entre os alcaldes da zona», con el objetivo común de buscar soluciones ante un problema que al principio les sobrepasaba, pero hubo «falta de información», al menos en su caso, por parte del delegado del Gobierno y de la Xunta.

Fondo destaca la colaboración de todos y la solidaridad, y Traba cree que la relación existente entre los alcaldes era «exemplar», adjetivo que repite López Varela, quien destaca el trabajo de los gobiernos de entonces, el autonómico y el central. Carracedo disiente rotundamente: «En Laxe, a información foi cero, e a colaboración do Goberno, cero». Asegura que cuando llamaba al teléfono de emergencias «nunca o collían», y que salieron adelante gracias al trabajo del Concello y de los voluntarios. «Os primeiros días foron moi duros», añade.

Blanco también recordó que al principio fueron los propios ayuntamientos los que tuvieron que ocuparse de todo, con trabajadores y los medios de los que disponían, además del dinero de las arcas municipales. Su primer desembolso para hacer acopios necesarios fue de «cinco millóns de pesetas» (30.000 euros), además del personal de Protección Civil.

Varela Rey destacó la «gran colaboración» de la cofradía de pescadores, además de los voluntarios, los militares y los vecinos que ayudaban, «todo un exemplo». También critica a algún trabajador del mar que no lo hacía «e xogaba a partida con tranquilidade», o reclamaba otro Prestige (pasó en más lugares), error que achaca a la falta de formación medioambiental.

Fondo recuerda una «colaboración total» por parte de todos los implicados, especialmente de aquellas casas que se volcaban con quienes venían a limpiar. Traba recordó a un grupo de medio centenar de portugueses como los primeros que acudieron a Fisterra, además del aprendizaje y organización que se fue logrando poco a poco. A él, que entonces trabajaba como biólogo en muchas playas, le tocó incluso más de cerca. López Varela resaltó el trabajo del Ejército, pero también de los marineros, voluntarios y Tragsa.

Impotencia

Los políticos también aprovecharon para recordar aquellos primeros días del Prestige. Unos y otros repitieron la palabra «impotencia» para definir la sensación que tenían ante la llegada de la marea negra, sin saber cómo actuar y qué les depararía el futuro, especialmente a quienes vivían del mar. También coincidieron en describir el intenso olor a petróleo que se iba a aproximando a las localidades como uno de esos intensos recuerdos que se quedan para siempre. El miedo, la preocupación o la desolación al ver las playas y costas ennegrecidas también apareció en varios momentos de sus recuerdos de sus vivencias y de la mesa redonda, pero también las anécdotas. Como aquella mujer mayor -relató Traba- con la que se encontró en una visita a O Rostro, y mientras ella cavaba en la leira y a lo lejos se veía el petrolero, ella siguió a lo suyo son mayor importancia y finalmente dijo que «ese é o barco que sae na televisión».

Carracedo tuvo las primeras noticias del desastre a través del expatrón mayor de Muxía. Cuando vio las famosas imágenes de los marineros de Arousa recogiendo fuel con sus manos, no le llamó nada la atención porque eso ya lo habían hecho en Laxe días antes, con bidones buscados en talleres de Baio y astilleros de Cabana.