El arte del respeto sobre el tatami

Nino Soto PONTEVEDRA / LA VOZ

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La cantera de taekuondistas del Mace Sport lleva años dando sus frutos a nivel autonómico, nacional e internacional.
La cantera de taekuondistas del Mace Sport lleva años dando sus frutos a nivel autonómico, nacional e internacional. fotos: capotillo< / span>

08 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Para Miguel Cortegoso, la aventura de gestionar un gimnasio de taekuondo fue pura casualidad. Él y dos de sus sobrinos buscaban un local donde entrenar con tranquilidad y soltura en el difícil arte del taekuondo. Se enteraron de que el dueño del antiguo Gimnasio Liorán abandonaba las instalaciones y no dudaron en aprovechar la oportunidad. «Nosotros solo queríamos entrenar», recuerda Cortegoso, actual responsable del Mace Sport de Pontevedra. «Había gente interesada también en entrenar y poco a poco lo fuimos convirtiendo en un club».

Corría el año 1992. Ahora, 20 años más tarde, el Mace es una de las grandes referencias del taekuondo gallego. Una cantera de talento donde se forjan futuras estrellas del tapiz. En sus vitrinas hay medallas de campeonatos de Galicia, de España, de Europa y Mundiales. El éxito es tal que las instalaciones del Mace, a pie del tramo urbano del río Gafos, se están quedando pequeñas.

Los niños se enganchan rápidamente al arte de las patadas. Y pronto se identifican con un deporte que les aporta, sobre todo, disciplina. Sin embargo, en el Mace lo más importante son los estudios. «Si un niño suspende, esa semana no sumará ningún punto para cambiar de cinturón», señala Miguel Cortegoso. «El que llega con todo aprobado acumula diez puntos para su cinturón».

De hecho, pumses aparte, «el estudio es prioritario. Primero la salud, luego los estudios y sí, después el deporte».

En el proceso de aprendizaje, los pequeños que empiezan sobre el tatami primero saborean los movimientos de este arte marcial. Una vez decididos a continuar, los padres compran los trajes (30 euros) y retiran la licencia federativa correspondiente (30 euros).

Posteriormente, llegan al tapiz luciendo su cinturón blanco. Y a partir de ahí, sudan la gota gorda para sumar puntos e ir subiendo en el nivel de cinturón (blanco-naranja, naranja, verde, azul y marrón). El salto del cinturón marrón hasta el negro lo otorga la Federación Gallega.

«A los chavales les gusta competir, y les apasiona la exhibición». Los taekuondistas del Mace que trabajan esta modalidad, entrenan todos los domingos en el gimnasio de un colegio pontevedrés. «En nuestro gimnasio no pueden entrenar ya que el lugar es bajo y chocarían contra el techo», detalla Cortegoso. Aunque la edad de los deportistas oscila entre los 3 y los 60 años, hay dos momentos críticos. Los combatientes que suman malos resultados suelen dejarlo entre los 13 y los 15 años. Otros que se quedan en el camino son los que rompen las normas con naturalidad. «No son capaces de asumir las reglas de régimen interno», concluye el gran maestro.

desde la base. taekuondo