Las dificultades económicas han dado un vuelco a Pontevedra en solo cinco años
07 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Han pasado cinco años con los pontevedreses mirando de reojo a Alemania para saber cuánto tiempo falta para borrar de su imaginario palabras como recesión o prima de riesgo. La crisis monopoliza desde entonces las conversaciones de los ciudadanos, pero ¿cuánto ha cambiado la vida de la ciudad desde el 2007? Entonces, a los pontevedreses apenas les preocupaba el paro. Sus quejas iban encaminadas al urbanismo y el medio ambiente. No era para menos, cuando estalló la crisis, en la capital había 4.746 desempleados. En solo cinco años se ha multiplicado por dos. Hoy son un total de 8.164 personas las que demandan un puesto de trabajo, en una ciudad con tres mil personas más, a pesar de la supresión del cheque bebé.
El cambio económico se deja notar en el día a día de una ciudad que apenas ha cambiado sus rutinas. Si acaso, la crisis ha moldeado sus gustos. Cuando los cines de Vialia proyectaban grandes éxitos como El orfanato o Shrek tercero, La catedral del mar era el libro más leído del 2007. La obra de Ildefonso Falcones ha cedido ahora el liderazgo a 50 sobras de Grey, mientras el cine proyecta Residente Evil o A Roma con Amor por 8,10 euros, 1,5 más que hace cinco años. «La lectura tiene una parte evasiva que no se ha perdido, sigue siendo un refugio», explica Anxo Corbillón, de Cronopios, quien reconoce que las dificultades han convertido en demanda los libros de ex políticos y alguno de autoayuda, como El arte de no amargarse la vida, en los protagonistas de muchas estanterías. Algunos de ellos, vendidos para el libro electrónico, una opción a la que hace cinco años solo llegaba una minoría. Durante este tiempo hemos aprendido a hacernos fuertes en las redes sociales y convertir el Twitter y el Facebook en agitadores sociales.
Incluso las salidas de la ciudad se entienden de otra forma. Y no es para menos. En solo cinco años, los pontevedreses que cruzan a la ría de Vigo por autopista han pasado de pagar 2,85 a 3,50 euros de peaje. Nadie se acuerda ya, que en octubre del 2007, el litro de gasoil estaba a un euro y la gasolina 95 en 1,07. Cualquier coche que pare a repostar en el 2012 paga medio euro más.
Así que con unos sueldos mermados por la crisis y cerca de 200 locales menos en solo un año, hay que aprovechar que la ciudad es peatonal y el pasear no consume. Lo más grave sería repostar con un café, que en cinco años ha subido 15 céntimos. Muchos se han quedado en el camino. Solo el albergue de Cáritas duplicó su capacidad y sus usuarios.
Los pontevedreses se han acostumbrado a vivir con la incertidumbre del qué pasará, y apoyándose en al refrán de no hay mal que cien años dure para empezar a olvidarse del desempleo y volver a preocuparse por el medio ambiente.
Los libros de ex políticos y autoayuda ganan protagonismo entre los lectores
La ciudad duplicó el número de demandantes
de empleo
desde el 2007
El albergue de Cáritas aumentó su capacidad a 20 plazas en el último año