Las anguilas encontraron un paraíso en el Miño

Laura López LUGO / LA VOZ

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PRADERO

O Carrual realiza un trabajo único en el país para conservar la especie

30 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Hace meses que la pesca deportiva de anguila y angula está vedada en los ríos de toda Europa, pues las poblaciones están en mínimos históricos. Sin embargo, la excepción se encuentra en 24 caneiros de Portomarín, Guntín, O Páramo y Paradela, agrupados en la asociación O Carrual, que tiene firmado un convenio de conservación de la especie desde finales de los noventa con la Xunta y la Unión Europea. Esto permite mantener la población de anguilas en el Miño y garantiza la conservación de un arte de pesca milenario. Además, según explica el secretario fundador de la asociación, Eduardo López, la calidad del agua del río mejoró mucho, está cada vez más limpia, y quizás por eso la mortandad ha bajado bastante con respecto a años anteriores. Lo que sí ha ido a peor es la sequía, que afecta negativamente a estas poblaciones.

La labor del casi centenar de socios que tiene O Carrual es diversa y de gran relevancia. Por un lado, tiene un valor etnográfico porque se encargan de restaurar y recuperar los caneiros, estas edificaciones tradicionales que hay en el Miño. Por otro, mantienen viva una actividad, la de la pesca de la anguila, que, aunque ahora la realicen por afición, llegó a ser una labor de subsistencia: «Na posguerra, a pesca de anguía sacoulles a fame á xente de Portomarín», explica López.

Además, esta asociación repobla de anguilas el Miño y evita que acaben trituradas en las turbinas del embalse de Belesar, pues las capturan antes de que lleguen a esa zona.

El proceso es el siguiente. Estos pescadores de anguila las recogen en las redes que instalan en los caneiros del Miño cuando los peces hacen el descenso. La temporada está abierta desde el pasado día 1 y hasta el último día de febrero, aunque las anguilas llegan con las crecidas. «As grandes capturas fanse entre novembro e febreiro, pero depende de como veña o ano», continúa López. El arte de pesca que utilizan les permiten capturarlas sin matarlas.

Depósitos del río Ferreira

Una parte de la mercancía que recogen cada año la dejan en unos depósitos instalados en Portomarín, del río Ferreira, llenos de agua natural sin tratar, que se hicieron específicamente para las anguilas. Allí los peces quedan en espera hasta que se tienen los cupos. Entonces la Xunta se encarga de recoger la carga y llevarla hasta la desembocadura del río Miño. Ahí comienza la travesía de la anguila hasta el Golfo de México, para aparearse y desovar, según explica este especialista. Tras el desove, mueren, y las crías vuelven hacia el continente en una travesía de miles de kilómetros que les lleva unos tres años, durante la cual pasan de ser larvas a las codiciadas angulas.

Cuando llegan a las rías gallegas ya son anguilas pequeñas, que después iniciarán el remonte de los ríos. «Nos meses de xullo e agosto, Medio Ambiente recolle as anguías adultas, duns 15 ou 20 anos e de cor prateada, e sóbenas de novo ás cabeceiras dos ríos. Deposítanas na desembocadura do río Neira, onde teñen as correntes para baixar, pois na parte embalsada temos medo pola cantidade de peixes foráneos que hai», apunta el secretario de O Carrual. Y vuelta a comenzar el ciclo.

El resto de anguilas que no lleva la Xunta se las quedan los socios para consumo propio, no las destinan a venta.

Pesca Preparados los caneiros de Portomarín, guntín, O páramo y Paradela

Las crías recorren miles de kilómetros en tres años desde el Golfo de México a las rías gallegas

Las anguilas pueden vivir 40 años. Pasan de larvas a angulas, anguilas amarillas y plateadas