Guillermo Gefaell, un impulsor del naval de la ría

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El ingeniero naval, inseparable de Alejandro Barreras, diseñó los primeros buques congeladores

22 sep 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

Guillermo Gefaell Gorostegui (Madrid, 1922-Vigo, 1993) era hijo de Wilhem Gefaell Feil, ingeniero judío-austríaco que vino a España a trabajar en la central hidroeléctrica de Flix (Lleida), y de Pilar Gorostegui Robles, nieta del marqués de Campuzano. Estudió ingeniería naval en la Universidad Politécnica de Madrid, donde coincidió con Alejando Barreras Barret, con el que estableció una amistad de por vida.

En una fiesta del antiguo Club de Campo conoce a Blanca Chamochín Arechavala, criolla mexicana, de padre gallego y madre mexicana de familia santanderina. Les casa en 1950 en Noia el tío de la novia, Nicandro Chamochín Puga, primer capellán administrador del cementerio de Pereiró. El matrimonio establece su domicilio en Vigo y nacen ocho hijos: Guillermo, también ingeniero naval que actualmente reside en Pontevedra; Santiago, aparejador que fue director de obras de la Caja de Ahorros de Vigo; Juan, comandante de aviación civil que vive en Palma de Mallorca; Blanca, periodista, actualmente jefa de prensa del Consorcio de la Zona Franca de Vigo; Pedro, diplomado en Ciencias Empresariales, domiciliado en Vigo; Pablo, médico y sacerdote del Opus Dei y catedrático en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz de Roma; José, bioquímico y MBA, vive en Madrid y es director general del ICO; y la pequeña, Camino, profesora de inglés, residente en Punta Umbría.

Después de pasar una década en Hijos de J. Barreras y de fundar Técnica Naval Comercial (Tecnaco), Guillermo y Alejandro son contratados por la familia Davila, en 1960, para crear un astillero sobre la base de un varadero preexistente en Meira (Moaña), que no tardaría en recibir el premio nacional de empresa modelo. Había nacido Ascón, el astillero enseña de la ría, con Alejandro Barreras de director general y su amigo Guillermo como director gerente.

Por aquel tiempo tuvieron uno de sus triunfos más sonados, cumpliendo un contrato de Pescanova: la construcción del Lemos y el Andrade, los dos primeros barcos de la flota congeladora, para pescar a largas distancias, que habían diseñado Guillermo Gefaell y los ingenieros de Tecnaco. Luego conseguirían otros éxitos, con variantes en esta gama de buques. Incluso Cuba encargó a Ascón una gran flota de estos arrastreros.

En 1966 Ascón adquiere el antiguo varadero de los Yarza, en Ríos (Teis) y Gefaell diseña y construye el primer catamarán de pasaje de España, que en manos de la empresa de transporte marítimo Vigo-Morrazo fue secuestrado en 1982 por trabajadores de Ascón y en 1995 por marineros del banco canario-sahariano.

Se pasan a las consultorías

En un episodio un tanto oscuro, a la muerte de Pillán Fernández Davila, principal accionista, la familia vende Astilleros Construcciones al grupo santanderino Pérez Maura, en 1977. Alejandro y Guillermo dejan Ascón y Tecnaco, sociedades de las que eran accionistas, por incompatibilidad con el nuevo responsable del grupo, Robert J. Slinin. Guillermo sufre un infarto al que sobrevive. Los dos amigos ingenieros navales fundan Eurocisa y poco después Hispaconsult, sociedades de consultoría naval donde Guillermo continúa su actividad profesional hasta 1986, año en que se jubila.

Hombre alto, rubio y de complexión y carácter muy fuertes, a Guillermo Gefaell Gorostegui los obreros le llamaron siempre O Alemán. Él, que era a su estilo muy socarrón, repetía por lo bajo: «Alemán, no? austríaco». Pero el rasgo que le definía mejor era el convencimiento de que la vida era un camino que había que recorrer con honradez, rectitud y amor a Dios y a la familia, con respeto por el género humano y la naturaleza.

Fue uno de los primeros socios del Club de Yates de Baiona, donde tuvo primero un pequeño pesquero de madera reformado, La Chelo, después un Puma 23, el Albariño en sociedad con su buen amigo Antonio Bandeira y su último barco, un North Wind 40, el Samba, con el que circunnavegó la península y participó en la primera regata Lymington-Baiona. En todos estos barcos, Guillermo educó a sus hijos en el amor al mar.