21 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Que no llegue a oídos de Aymán Al-Zawahiri, líder de Al Qaeda, el tema Ayatolah, no me toques la pirola, de Siniestro Total. La canción cumple ahora 30 años, desde que se estrenase en 1982 en el primer disco de la banda, ¿Cuándo se come aquí?

Si el vídeo sobre Mahoma ha provocado asaltos a embajadas, ¿qué no conseguiría una letra que proclama: Soy el enemigo de Alá, no me gusta la rumba ni el jazz. Para empeorar las cosas, su compositor, el genial Julián Hernández, sugiere en la letra horribles castigos: Puedes colgarme de los pies, y fusilarme también, cortarme las manos sin piedad y llevarte a mi chica ye-yé. Los versos satánicos de Salman Rushdie palidecen ante tan divertido libreto. Y el escritor sigue bajo protección de Scotland Yard, 25 años después de su libro.

Por mi parte, me solidarizo con Siniestro poniendo el tema a toda caña mientras escribo esto. No me extraña que el crítico Jesús Ordovás lo definiese como «la canción total», un auténtico «himno punk». Porque es de lo mejor de nuestra banda más emblemática, que sigue mereciendo un «Viguesado Distinguido», con tierras y vasallos.

En cuanto a la indignación islámica, me parece infumable. No veía muy respetuosos con

la fe del prójimo a los talibanes cuando dinamitaban los budas de Pramiyán. Ni cuando queman banderas de Estados Unidos, hecho que, por cierto, es legal en un país que defiende como ninguno la libertad de expresión.

Ya Julio César se reía de los chistes sobre él mismo que contaban sus centuriones. Y La vida de Brian no existiría sin tolerancia a la crítica. Sin un poco de humor.

Así que tanto malestar fundamentalista me parece cosa de chiflados. Eso sí, por si acaso, póngase a Siniestro Total bajo protección del multamóvil. Hay mucho loco suelto...

eduardorolland@hotmail.com