1Suso Leiro no ha podido completar la singladura que tenía prevista de pasar del Atlántico al Pacífico en navegación a vela en solitario. Ha decidido regresar a Portonovo-Sanxenxo debido a las dificultades para poder entrar en Rusia por falta de visado, después de recalar en Bardoe, el puerto anterior a la entrada en Murmaska, ciudad portuaria ubicada en el extremo noroeste del país ruso. «Cuando hice la planificación del viaje, en la que invertí cuatro años, centré la atención en las zonas nevadas, puertos, fondeos, recaladas y otras informaciones náuticas, y no se me pasó por la cabeza que tenía que tramitar el visado para poder entrar con mi velero Finnesse en los países que tienen normalizada la entrada de extranjeros», dice en su último mensaje enviado el pasado 6 de septiembre desde Berlevag, norte de Noruega.
Disgustado
2Leiro reconoce estar disgustado, pero también que «lo más sensato es regresar a España». Lo hará sin prisas, porque la dificultad de este durísimo viaje por el Polo Norte le ha enseñado mucho. Relata lo bien que fue recibido en los puertos pesqueros del país noruego por el talante culto y hospitalario de sus gentes, que le dieron todas las facilidades de atraque y le echaron una mano al navegante solitario.
Dos meses
Suso zarpó el 13 de julio de Sanxenxo y el 14 se despidió de familiares y amigos de Portonovo. Lleva por tanto casi dos meses por esos mares y recibe continuamente mensajes y correos de amigos que le piden las coordenadas, datos de latitud y longitud y los nombres de los puertos de los que entra y sale con el Finesse. Pero él tiene que estar atento las 24 horas a los aparatos de navegación y espera que comprendan que no puede responden a todas las peticiones sobre su viaje por agotamiento físico.
En los mares del Circulo Polar cambia el sistema solar, «en verano siempre es día y en invierno todo lo contrario». Cuenta que cuando iba rumbo Norte, en julio, la noche comenzaba a las 23 horas y ahora en septiembre anochece a las 19 horas. «A nuestro organismo, acostumbrado a la latitud 40 grados le es muy difícil asimilar los horarios polares, ya que estamos hablando de más de 71 grados en el Cabo Norte». Así que tendrá que ser muy cauteloso para regresar, debido a que aumenta la noche y la navegación se hace más peligrosa, como el mismo escribe en su cuaderno de bitácora. Leiro espera llegar aquí, a Portonovo, en dos o tres meses.