Aquí se ha ido todo al garete pero nadie quiere decirnos quiénes son los culpables. No existen. Ha ocurrido por arte de magia. Nadie asume que metió la pata.
Tú le preguntas al PP por qué pega esos bandazos de no-voy-a-subir-los-impuestos-pero-toma-con-el-IVA y te dicen que claro, la herencia de Zapatero... No responden que sí hay alternativas a los recortes salvajes y que en realidad ellos escogen una.
Tú le preguntas al PSOE por qué la lió cuando gobernaba y te dicen que claro, es que la derecha es muy mala... No te dicen que fueron unos frívolos.
Tú preguntas en el sector naval de Vigo cómo ha pasado de ser el pulmón económico al gran asfixiado y miran para Bruselas. No te dicen que igual tenían sueldos millonarios, un apoyo inflado y que no supieron ver la que venía.
Tú preguntas en la Praza do Rei por qué el paro de Vigo es el mayor de Galicia si prometían pleno empleo y te dicen que no tienen competencias. No te dicen que gastan miserias en un plan de empleo y millones en aceras.
Pero el paradigma de la no culpa se llama Julio Fernández Gayoso. El otro día en el Congreso protagonizó una actuación memorable. ¿Cómo consiguió ese hombre menudo y taciturno no escarallase de risa mientras decía, sin pestañear, que él no tenía poderes en la caja?
Pues yo digo que sí. Que sí que los hay. Que sí hay culpables. Hay culpables de verdad. Gente que ha tenido la culpa de que estemos aquí donde estamos y así como estamos. La auténtica culpa.
Hay banqueros que tienen la culpa de vivir como reyes a costa del engaño.
Hay políticos que no supieron gestionar y otros que no saben.
Hay alcaldes que son unos falabaratos y que a la primera de cambio te cuelan una promesa doblada. Y cobran.
No irán a la cárcel. Pero son culpables.
angel.paniagua@lavoz.es