Un verano de juegos bajo la lluvia

Paula M. Gestoso PONTEVEDRA / LA VOZ

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La lluvia da un descanso y varias niñas salen a jugar en los jardines de Vicenti.
La lluvia da un descanso y varias niñas salen a jugar en los jardines de Vicenti. Victoria amoedo< / span>

Las familias echan en falta alternativas de ocio por las tardes para sus pequeños

07 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

¿Qué hacer con los niños en un verano frustrado? La meteorología dicta que julio es un mes de bañadores y toallas, de playa y terrazas, pero no se trata de una ciencia exacta, y eso ha quedado bien claro este año. El caso es que el pseudoverano con el que llevan conviviendo los pontevedreses desde que acabó el curso escolar rompe las dinámicas habituales de conciliación y son muchas las familias que se ven obligadas a buscar alternativas de ocio para sus niños. La lluvia es un enemigo cruel cuando los pequeños han de estar todo el día en casa, por ello los padres buscan estos días soluciones para resolver las inquietudes de sus retoños.

En Pontevedra, las mañanas están más o menos resueltas. Eso es lo que dicen los padres consultados. Además de numerosos campamentos de verano como los que ofrecen organizaciones como Cruz Roja, la Xunta de Galicia o la Diputación de Pontevedra, desde el Concello se crea el programa Ponteverán: una serie de campamentos de tiempo libre y urbanos para diferentes franjas de edad, así como cursos de iniciación a la fotografía, astronomía o salvamento acuático, entre otras.

Pero al llegar la tarde todo se tuerce. La gran cantidad de alternativas que se proponían para los pequeños desde primera hora de la mañana desaparece en el horario vespertino. «Los campamentos y ludotecas solo mantienen sus actividades por la mañana y, después de comer, sin sol y calor, los niños no se pueden quedar encerrados en casa», afirma Carmen, una abuela de 67 años recién jubilada que se hace cargo de sus dos nietos de 4 y 7 años por las tardes mientras los padres trabajan.

Los niños, con los abuelos

Y es que si una respuesta es unánime entre los cabezas de familia es la de dejar a los más pequeños con los abuelos, ya que estos «siempre gozan de más tiempo libre para jugar con ellos y, además, ayudan a ahorrar algo de dinero», afirma Clara, madre de tres hijos.

Llegados a este punto, los pontevedreses se ven en el dilema de qué hacer con sus hijos, ya que solamente les queda la alternativa privada. «Los parques de bolas, el cine o los karts en Sanxenxo son un plan de ocio para una tarde, al igual que ir un día de excursión a Vigo o a A Coruña, pero no es viable el gastarse todos los días una cantidad de dinero tan alta en los niños», asegura Alberto -padre de una niña de cinco años-. Este se queja abiertamente de la falta de opciones y de actividades extraescolares y deportivas para aquellos que no tienen la suerte de contar con unos abuelos que se puedan hacer responsables de los niños. «No existen alternativas públicas como un centro social en el que los niños puedan pasar sus tardes con mal tiempo acompañados de más pequeños en su misma situación», añade.

Por eso, el parque es la mejor de las opciones cuando el sol se resiste a salir entre las nubes.

Un capricho

Sin embargo, con el mal tiempo el parque tampoco soluciona los problemas de las familias. Los tutores de los niños insisten en que muchas veces prefieren «darse un capricho durante la semana y cuando la lluvia es insistente pasar una tarde en casa más tranquila con la consola y sus amigos», comenta Carmen.

unas vacaciones pasadas por agua