«Walking Dead»

Eduardo Rolland
Eduardo Rolland ESCRITOR Y PERIODISTA

FIRMAS

11 may 2012 . Actualizado a las 15:22 h.

Desde La noche de los muertos vivientes, no recuerdo pasar tanto miedo como en la manifestación de ayer del sector naval. Dos columnas de trabajadores, desde Beiramar y Teis, marcharon sobre el centro. Cuando confluyeron ante el edificio de la Xunta, malamente se contaban dos mil personas. Era verlos y sentir terror: ¿Es esto todo lo que queda de nuestros astilleros?

Para incrementar la sensación de almas en pena, de zombis de la serie Walking Dead, marchaban en silencio, sin corear un solo lema. Lejos están los tiempos de «Vigo escoita, o naval está de loita» o «Desde o balcón non hai solusión». Ahora van callados. Los responsables políticos y empresariales de la agonía del naval saben bien qué han hecho. No hace falta cantarles nada. El único sonido provenía del altavoz de un coche en cabeza. Una y otra vez, sonaba Sector Naval, de Os Resentidos. Craso error: ya vendrá la SGAE a cobrarles la factura.

Al término de la marcha, hablaron los portavoces de tres sindicatos convocantes. En sus discursos era imposible no percibir un tono de amargura. Se percibe, sin duda, una sensación terrible, que inspira pánico. Porque parece que esto se acaba. Y que un país experto en tres cosas, pescar, criar vacas y hacer barcos, se va a quedar sin ninguna.

Es inaceptable que nuestros políticos sean incapaces de encontrar y aprobar una alternativa a los beneficios fiscales del tax lease. Pero eso no lo es todo. Hay que hablar de prácticas empresariales verdaderamente irresponsables. No es posible que un astillero dé beneficios en el 2010 y, al año siguiente, declare 74 millones de deuda. Y que no pague a sus proveedores condenándolos a la quiebra. En otros casos, los gestores que han arruinado los astilleros tras ingresar ingentes subvenciones, se han quedado en sus puestos, aun después de recibir más inyecciones de dinero público. Por lo visto, se consideran las personas idóneas para gobernar el barco, probablemente de nuevo hacia las piedras.