Pinceles gallegos en el Tíbet

maría conde PONTEVEDRA / LA VOZ

FIRMAS

Andrea Lopez Iglesias

Una joven pontevedresa monta su estudio de arte en Nepal y lleva sus retratos de niños tibetanos a los asentamientos de refugiados

28 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La artista pontevedresa Andrea López abrió hace ocho meses su estudio en un monasterio budista tibetano de Pokhara (Nepal). Allí trabaja en su nuevo proyecto creativo, «una mezcla de arte y humanidad», que se llama Los nuevos rostros del Tíbet. Esos rostros son los de los niños tibetanos en los asentamientos de refugiados. Muchas veces esos pequeños se cuelan en su taller, ubicado en el monasterio Pema Ts?al Sakya Monastic Institute, para ver cómo va su trabajo. «Tenerlos alrededor es genial; este ambiente es perfecto para crear».

La idea de este proyecto comenzó en febrero del 2011. Andrea llevaba dos años en Nueva York, donde también expuso, y conoció al fundador del citado instituto, Khenpo Pema Wangdak. «Sabiendo que quería venir de voluntaria a Nepal, me ofreció estar aquí pintando en el Nuevo Templo y dando clases de inglés a los monjes más pequeños». En esa primera estancia, además de pintar budas en las paredes del templo, conoció la situación de los refugiados e ideó su actual proyecto. «Así que dejé Nueva York en agosto para venirme a Pokhara, a entrevistar a familias tibetanas y a retratar el futuro de su historia, que serían sus niños. He tenido la suerte de conocer a esta gente, me han abierto sus hogares y han compartido conmigo sus vivencias».

La exposición se verá en Katmandú a partir del 11 de mayo, pero en septiembre espera que se exhiba en Galicia, donde presentará el libro con los testimonios tibetanos y los retratos.

No le costó adaptarse. «La primera vez me impresionó cómo los hombres caminan de la mano por la calle, pero no se dan la mano con la novia o con la mujer. Al principio parece raro, pero después entiendes que es algo cultural. Igual que los nepalíes al vernos a los españoles siempre dándonos dos besos me preguntaron si besábamos a todo el mundo al conocerlos».