«Me hice socio al venir de la guerra»

X. Vázquez vigo / la voz

FIRMAS

23 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Para ser el socio número uno del Celta, Basilio Ferreiro Boullosa (95 años) ha tenido que pelear mucho, porque había dos abonados que habían heredado la antigüedad de sus padres, a lo que se opuso, enviándole cartas y documentación a algún presidente céltico, hasta que vino Carlos Mouriño y le dio la razón, subsanando esa anormalidad. «Soy socio desde hace 72 años. Mi primera relación con el club fue a los 12 años cuando se inauguró el estadio de Balaídos. Vino a jugar el Real Unión de Irún, que militaba en la Primera División. Pero le ganamos», afirma. Se hizo socio infantil. Pero en 1936 tuvo que ir a la Guerra Civil e incluso participó en alguna de las batallas más importantes, incluida la del Ebro.

Sin embargo, nunca cayó herido, aunque lo achaca a su baja estatura. «Mido 1,55 metros y creo que fue lo que me salvó la vida, porque casi todos los compañeros más altos que yo cayeron en el frente», señala. Una vez concluida la contienda, nada más llegar a Vigo se hizo socio del Celta y sigue pagando su cuota, aunque este año dejó de ir a Balaídos, sobre todo por la edad y el frío.

Tiene algún problema de visión y lleva audífonos, por lo demás dice que «voy tirando». No descarta volver al estadio, para darle ánimos al equipo y empujarlo desde la grada de preferencia al ascenso. Guarda como reliquias fotos de futbolistas y algunas dedicadas, como la de Mostovoi o de Gudelj, aunque al que le profesa mayor simpatía es al centrocampista Valery Karpin.

El debut en primera

Recuerda el equipo que debutó en la Primera División y nombra de esa época al delantero Nolete (marcó el primer gol del Celta en Primera al Zaragoza el 3 de diciembre de 1939) o al portero Lilo. «Vivía con tal intensidad los partidos que cuando iba a recoger a mi novia (mi actual esposa) ya me notaba en la cara si el equipo había ganado o perdido», cuenta a modo de anécdota. Muestra una lista de socios del año 1982, en la que figuraba como abonado número uno José Sola Padín. «En el 1988, yo tenía el número 44. Estaba de número uno Augusto Viso Troncoso», recuerda.

Tiene más anécdotas. El veterano socio recuerda el día que su nieta le presentó al delantero Iago Aspas: «Fue la víspera del último derbi en A Coruña, en un entrenamiento del Celta en Balaídos. Una vez que terminaron, mi nieta me fue presentando a los jugadores, primero a Yoel y, luego, a otros, hasta que llegó Iago Aspas y mi nieta le dijo ??Te presento a mi abuelo que es el socio más antiguo del Celta??. Y el futbolista me comentó si llevaba muchos años de socio, a lo que le respondí: ??Pues 72 años??. Se sacó la camiseta y me la dio, diciéndome que era la que entregaba con mayor alegría».