También un río

Ramón Loureiro Calvo
Ramón Loureiro CAFÉ SOLO

NEDA

23 nov 2019 . Actualizado a las 00:07 h.

La villa de Neda, tan estrechamente unida, a lo largo de los siglos, a las grandes columnas que sustentan la historia de Galicia, está a las puertas de una nueva celebración: la de los 300 años de la iglesia de Santa María, que comenzó a alzarse -el templo que hoy conocemos, vaya- en el año 1720. Conviene recordar, por cierto, que -como suele subrayar su párroco, Ramón Antonio López Rodríguez- la iglesia que vemos ahora se edificó, en realidad, sobre los restos de otra muy anterior, de la que ya había noticias en el siglo XII, y que era conocida como la de Santa María do Porto. Incluso no falta quien sostenga que en aquel mismo lugar, donde se convierte en mar el río Belelle, también se alzaba un templo en la Alta Edad Media, cuando en Galicia la Cristianismo aún se iba abriendo paso entre los restos de cultos ancestrales que se resistían a desaparecer por completo. Y viene esto a mi memoria -tras haber atravesado la ría, de nuevo, a bordo de un tren que me ha permitido volver a disfrutar de esa magnífica estampa en la que Neda hunde sus brazos en las aguas de la ribera sur, mientras en la orilla norte el monasterio de O Couto mantiene vivo el recuerdo de los caballeros de piedra- porque, cada vez que contemplo la desembocadura de ríos como el Xuvia, como el mismo Belelle o como el Eume, me emociona recordar que también se ha convertido en río -en su caso, de peregrinos- el Camino Inglés a Santiago, que pasa junto a ellos. «Os camiños dan as xentes», decía el poeta. Lo mismo pienso yo. Y bien sé que a Segundo Pérez López, deán de la catedral compostelana, a la que él ha logrado devolver todo su esplendor, también lo emociona mucho esto.