El club azulón, que llegó a jugar por el ascenso a la categoría de bronce, encara su disolución tras el descenso a Segunda Autonómica y la falta de relevo
06 ago 2015 . Actualizado a las 12:57 h.Del Narón Balompé Piñeiros ya casi solo queda el nombre. El club, que pretendió ser la bandera deportiva que representase el empuje del municipio y llegó a jugar por el ascenso a Segunda B, encara su disolución. Su último presidente, Fausto Rivera, comunicó a la Federación Gallega de Fútbol que la próxima temporada no competirá en ninguna liga. El final de trayecto después de que en las dos últimas asambleas se constatase la falta de relevo para la directiva, en gran medida para evitar afrontar posibles cargas económicas sobre la entidad, según explican varias personas que formaron parte del proyecto en los últimos años.
El Narón creció hasta el año 2008, cuando aquella plantilla que contaba con históricos como Ángel Cuéllar y Juanito y un prometedor Rubén Pardo jugó el play off de ascenso a Segunda B. Hasta entonces, el club iba hacia arriba con Andrés Gómez al frente de la directiva. Para la junta que tomó el relevo del club unos años después, con Fausto Rivera y Javier Rodríguez, aquella ambición causó en cierto modo el principio del fin del club por los elevados gastos, ya que las cargas económicas lastraron la entidad para el futuro.
El último intento de reflotar el club se produjo hace solo cuatro años, cuando desde Preferente logró el ascenso a Tercera. Fue el año del relevo en la junta, de Andrés Gómez a Fausto Rivera y Javier Rodríguez. El nuevo equipo gestor entiende que entonces el Concello de Narón no cumplió algunos compromisos de palabra y la entidad no pudo sostenerse luego en Tercera.
El equipo sufrió tres descensos seguidos. «El proyecto, más modesto, ya era viable, pero con frecuencia hubo que afrontar pagos que venían de años atrás, lo que lastraba el club», indica Javier Rodríguez, que asegura haber dimitido hace meses. El verano pasado el Narón dejó el estadio municipal de Río Pozo y se mudó a O Cadaval. Un paso atrás. Otros cuatro directivos dejaron el club en marzo, ya que veían dos opciones, afrontar una nueva etapa si el Narón no tenía cargas económicas o lanzar un nuevo proyecto. Mientras, el primer equipo caía a Segunda Autonómica.
Poco después, abandonaron el Narón varios entrenadores de base. Según explican varios conocedores del proceso, sin compañeros de directiva, con el primer equipo en la liga más baja posible y sin entrenadores, Rivera decidió dimitir el 1 de julio. Como no hay relevo, el club agoniza.
Un proyecto surgido de una fusión, que alcanzó un play off en Antequera y agoniza
En 1996, el Narón Balompé y el Unión Deportivo Piñeiros se fusionaron en un nuevo club, con Andrés Gómez como presidente y O Cadaval como sede. En el 2003 completa el salto a Tercera después de varios ascensos seguidos. Al mismo tiempo, la entidad quiere aglutinar voluntades y primero convierte al San Mateo en su filial y luego integra al Estrella. Tras los éxitos de Germán Amil como entrenador, se abre el ciclo de Luis Miguel García en el banquillo. Ambos enlazan diez años en el club. El equipo toca techo en el 2008, con una plantilla carismática con Cuéllar, Juanito, Fran Caínzos, Manel y Rubén Pardo para jugar el play off de ascenso a Segunda B contra el Antequera, que terminó subiendo.
En el 2011 llega primer revés, con el descenso a Preferente, aunque el equipo sube a la campaña siguiente. Desde el 2013, descenso por año: a Preferente, a Primera y a Segunda Autonómica, que ahora ya es la liga más baja tras la desaparición de Tercera. Fin de trayecto.