José Ramón Cancelo: «Nos alegra haber podido reabrir por fin las puertas del santuario de Las Angustias»

Ramón Loureiro Calvo
ramón loureiro FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

José Ramón Cancelo, en el santuario de Las Angustias
José Ramón Cancelo, en el santuario de Las Angustias CESAR TOIMIL

Subraya que «la cofradía siempre ha sido fiel a sus raíces y a sus tradiciones»

28 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

José Ramón Cancelo (Ferrol, 1940) es el presidente de la cofradía de Las Angustias, cuyo santuario —que pertenece a la propia hermandad— acaba de reabrirse tras pasar casi un año cerrado al culto por las obras de rehabilitación que ha financiado la Xunta. Unas obras cuyo montante ha ascendido a 114.000 euros, y que han permitido acabar con las graves filtraciones de agua que sufría el templo. «Nos alegra haber podido reabrir por fin las puertas del santuario de las Angustias, pero todavía quedan muchas cosas por hacer», dice Cancelo. Cosas, añade, como completar la rehabilitación de la cubierta. Hombre de fuertes convicciones religiosas, salió por primera vez en procesión, con su cofradía, en 1955. Y este año tiene previsto, cómo no, hacerlo de nuevo. La Semana Santa ocupa un lugar central en su vida. Y solo faltó a su cita con las celebraciones de la Pasión cuando su profesión de marino lo mantuvo lejos de la ciudad.

—¿Cómo será la nueva Semana Santa?

—Pues yo confío, la verdad, en que todo vaya bien y vuelva a ser la Semana Santa de siempre. Aunque, eso sí, tomando las máximas precauciones frente al coronavirus. Si tenemos que llevar la mascarilla puesta bajo el capuz, la llevaremos. Tomaremos cuantas medidas se nos indiquen para luchar contra el covid.

—Su cofradía siempre ha salido triunfante frente al paso del tiempo.

—La cofradía de Las Angustias siempre ha sido fiel a sus raíces y a sus tradiciones. La esencia es, desde el siglo XVIII, la misma.

«Para nosotros la labor humanitaria es algo fundamental, y nos volcamos en ella»

Cancelo, que tiene entre sus grandes pasiones la de desentrañar, a través de archivos y documentos, los secretos del pasado, recuerda que la imagen titular del templo y de la cofradía, la de Nuestra Señora de Las Angustias, permanece en su actual iglesia desde el año 1787 (las obras de edificación del santuario se dieron por definitivamente terminadas poco después, en 1788), pero que ya procede de una capilla anterior, que «estaba en San Amaro». Él cree que la imagen debe de ser, «aproximadamente, de 1730 o 1740».

—¿Cómo era la Semana Santa de su infancia?

—Pues no tan distinta de la de ahora como pueda parecer. Aunque, lógicamente, ha habido cambios importantes. Por ejemplo, en el recorrido de algunas procesiones, que en el caso de Las Angustias se han acortado para no coincidir en el trayecto con las de otras hermandades. Pero lo fundamental no ha cambiado. Y la Virgen de las Angustias sigue siendo objeto de una gran devoción. Hasta tenemos cofrades de distintos puntos de España.

—¿Es difícil sostener un santuario como el suyo?

—Mucho. Y necesitaríamos más ayuda, la verdad. Sostener un templo del XVIII es muy costoso.

—Su cofradía desarrolla, además, una importante labor en el ámbito humanitario.

—Sí, y es así desde el principio. Para nosotros la labor humanitaria es algo fundamental, y siempre nos volcamos en ella.