Cincuenta baches, ríos y un barrizal dan la bienvenida en Ferrol al párking del Sánchez Aguilera

FERROL CIUDAD

El estado principal aparcamiento disuasorio del centro de la ciudad desata las críticas de los usuarios, que aumentaron tras la puesta en marcha del multamóvil

14 feb 2022 . Actualizado a las 17:18 h.

Cincuenta baches y un barrizal reciben al conductor que se adentra en el aparcamiento de tierra del Sánchez Aguilera desde la avenida do Rei. Una sucesión de pequeños hundimientos se alinean cada medio metro antes de dejar paso a un resbaladizo tramo enlamado en el que los coches patinan. Se los encuentran aquellos que siguen de frente y no desisten después de tocar con los bajos en el brusco escalón de la entrada. La entrada desde el otro extremo, al menos, no es impracticable. Pero casi. Hay grandes baches casi imposibles de sortear si se accede desde el Paseo de la Estación. Y los surcos en el terreno se convierten en días de lluvia como el de ayer en ríos que cruzan el pasillo principal, meandros y afluentes incluidos.

«¡Puf!», resoplaba al volante el conductor de un vehículo que, dando botes, se adentraba ayer en el recinto: «Esto está fatal». Resume el sentir generalizado de quienes utilizan una explanada en la que pueden aparcar simultáneamente casi 300 vehículos. Y que ha ganado usuarios tras la activación del multamóvil. «Yo normalmente aparcaba en el centro, a veces en carga y descarga cuando no encontraba sitio», reconoce otra usuaria, trabajadora en A Magdalena, que prefiere no desvelar su nombre. «Pero hace unos días multaron a una amiga y ahora ya no me atrevo, porque no me compensa. Así que ahora aparco aquí todos los días. Está hecho un horror, pero...», deja en el aire. Y no es la única. Varios usuarios más reconocen que antes probaban suerte callejeando por la tableta de chocolate. Pero ahora temen las sanciones.

La orografía de esta gran superficie se accidenta con el paso del tiempo, el uso y las lluvias. Y algunos baches superan incluso los cuatro metros de longitud. Un vecino apunta además que al no estar delimitadas las plazas, el deterioro se extiende por toda la superficie: «No hay una zona que se libre». Y que al maniobrar, son los propios neumáticos los que acaban por formar los baches en un suelo sensible al deterioro.

La amenaza del multamóvil

La situación pone en evidencia el estado de una bolsa de aparcamiento llamada, pese a todo, a seguir ganando adeptos. El sistema de videovigilancia del tráfico a bordo de los coches patrulla de la Policía Local, el multacar, no es la única amenaza para los infractores. Sobre la mesa se encuentra el borrador de la nueva ordenanza de tráfico, que, de prosperar, dejará sin una plaza de estacionamiento de uso libre todo el barrio de A Magdalena. Todas tendrán algún tipo de regulación: zona azul, párking exprés, zona verde para residentes, carga y descarga o estacionamientos para embarazadas y bebés menores de un año. Y además, se prohibirá el acceso a las calles verticales del callejero del centro de Ferrol, convertidas en «vías residenciales», lo que, previsiblemente, disuadiría a muchos conductores de intentar entrar con el coche en el barrio.

Pero la solución no se prevé rápida ni sencilla. El Ayuntamiento ha invertido en los últimos cinco años 65.000 euros en reparar el pavimento de este recinto, hasta en seis ocasiones. La última fue hace exactamente un año, cuando se contaban entonces sobre el terreno 250 baches. Actualmente no son tantos, pero rondan los 150.

El Concello señaló que está programada una reparación coincidiendo con el final del invierno, «dentro del mantenimiento periódico que se hace en la parcela». No obstante, se prevé que sea, de nuevo, con fecha de caducidad. Esta superficie pertenece al antiguo acuartelamiento y es, todavía, propiedad del Ministerio de Defensa. Está pendiente del convenio para ceder al Concello de Ferrol parcelas militares en desuso, por lo que, por el momento, el gobierno local no contempla darle una solución definitiva, como el aglomerado de la superficie.