El título es de Anna Caballé, autora de una biografía de Concepción Arenal ferrolana excelsa, escritora comprometida y activista en favor de los más débiles, entre ellos las mujeres, que sufrían múltiples e inconcebibles discriminaciones como la exclusión del acceso a la enseñanza superior.
Estamos en el segundo centenario de su nacimiento. Y busco a Anna, que mira la sombra de esta caminante y nos regala un relato espléndido sobre su vida y su pensamiento, vivo y vigoroso, que no precisa de adjetivos para impresionarnos y… emocionarnos.
Concepción Arenal no necesita calles (ya tiene una) o plazas rebautizadas. Merece que las instituciones se unan para, con su obra como referente, crear un foro de investigación y formación en problemáticas sociales. En el Consello Social de la UDC se realizó un trabajo con el objetivo de crear una cátedra Concepción Arenal en el campus universitario de Ferrol y dedicarla a la investigación y el estudio jurídico social de la problemática del menor. Y Ferrol, cuna de una mujer de esa grandeza, debería recuperar ese trabajo para proyectar su actividad universitaria, notable en lo técnico, también en el campo humanístico. Crear esa cátedra sería una inversión con retorno no solo económico. Sino, y esto es esencial, por la dimensión y repercusión social de lo que esos estudios podrían aportar a la prevención y tratamiento de unos problemas que, día a día, encogen el corazón de quien ve y escucha lo que viven tantos menores, acosados, víctimas de abusos, marginados o tratados como mercancía cuando un divorcio se convierte en una guerra…