Defensor de la música tradicional y de la sana costumbre de cantar en colectividad en bares y tabernas, este sábado presenta en el Jofre su primer disco en solitario, «Sondebar...»
09 ene 2018 . Actualizado a las 09:46 h.Manolo Alonso (Ferrol, 1955) solo estuvo embarcado una vez en su vida, pero asegura que aquella singladura le dejó una huella indeleble. A los 18 años surcó las aguas de Terranova como parte de la tripulación de un bacaladero de la Pebsa y de aquella aventura marinera regresó a Ferrol con un nuevo apellido -cambió el Alonso por el apodo de Bacalhau- y algunas vivencias para entonar, con más sentido y sentimiento, los temas que cantaba entonces. Desde Atahualpa Yupanqui hasta Paco Ibáñez, pasando por Horacio Guaraní o aquellas canciones gallegas a las que ponía voz el ferrolano Nando Caamaño.
Todo ese repertorio se vino a sumar a las canciones que Manolo Bacalhau había mamado desde niño en las reuniones familiares -con su madre Clementina al frente, toda una «enciclopedia» de la música popular- y a las que, ya de mayor, aprendió al calor de las barras de los bares de Ferrol. Allí cimentó una memoria repleta de melodías gallegas, boleros, habaneras, tangos y canciones portuguesas. Y también en aquellas tabernas se conformó la personalidad de un músico singular, cuyo talento le llevaría después a actuar y grabar discos con el grupo Saraivas, Os Cempés o Paco Díez.
«Colaborei con moitos artistas al longo da miña vida, pero nunca ata agora gravara un disco en solitario. ¿Por que? Pois a verdade é que non o sei, tal vez porque non son moi dado aos protagonismos», cuenta Bacalhau en referencia a Sondobar..., su primer trabajo discográfico, que este sábado presentará en el Jofre junto a un buen puñado de músicos, los cantantes Xoán Rubia y María Manuela y hasta es posible que con su madre, Clementina, que con 85 años «xa ten voz de velliña, pero aínda canta moi ben».
Con esa modestia suya no resulta extraño que el disco surgiese a iniciativa de un grupo de un fans, tras un sesión vermú en la Fundación Artabria de Esteiro. «Alí estaba Xurxo Souto e xunto a outra xente empezaron a argallar o asunto», cuenta entre risas Bacalhau. Tras una exitosa campaña de micromecenazgo, el resultado se puede palpar en un disco doble compuesto por un deuvedé grabado en el bar Cazadores y un cedé que incluye diez de los temas más queridos por el artista. Entre ellos figura una composición propia, En vuelo, pero también canciones populares como Tango de Ferrol Vello o la portuguesa Fui colher uma romã, un tema de su idolatrado José Afonso, O Cavaleiro e o Anjo, y poemas musicados como A Cantiga de Curros Enríquez y Mágoa no corazón, sobre versos de Rosalía de Castro.
Son melodías a las que Manolo Bacalhau está acostumbrado a poner voz en sus visitas al bar O’Xustiño, El Clavel o el Sevilla, esos templos consagrados a la amistad en los que con muy poco es capaz de lograr un embriagador regocijo. «A mín gústame máis cantar que discutir e cantar nun bar é unha felicidade. No bar cantas, contas uns chistes e pásalo ben, que é o importante, porque esta vida non está para moitas máis historias», dice abogando por un perpetuo y melodioso carpe diem.
Y aunque Bacalhau reconoce que en el pasado los bares ferrolanos fueron mucho más cantarines, no da por perdida la batalla. «Un pobo que non canta a súa tradición está condenado a morrer, pero nesta cidade, por sorte, hai xente nova que está a recuperar o costume de cantar nos bares».
EN CORTO
Colaboraciones. Junto a Bacalhau, en la grabación de «Sondebar...» han colaborado los músicos Roberto Grandal, Javi Amor, Óscar Painceiras, Fausto Escrigas, Cabe García, Dani Abeledo, Ramón Dopico y el ya fallecido Antón Varela, además de las voces de Leandro Lamas, Lorena Montero, Manolo Cuétara y Paula y Silvia Fojo.
Presentación. Será este sábado,a las 20.30 horas, en el teatro Jofre, con la entrada gratuita.