La Autoridad Portuaria Ferrol-San Cibrao lleva mucho tiempo trabajando, en buena línea, para la consecución de atraques de cruceros. Se ha pasado de la nada a 25 amarres en el 2014. De cero cruceristas a rozar los 40.000. Son cifras importantes para el arranque. ¿Determinantes? No. Pero es el inicio de algo. Vigo, por ejemplo, tuvo más de 176.000 cruceristas el pasado ejercicio. A mayor volumen, mayor impacto económico directo sobre la hostelería, fundamentalmente, y el comercio.
Pero, como ya se ha mencionado, el primer paso, el más importante, ya se ha dado y Ferrol ha entrado en el circuito internacional de los cruceros. Y no sin esfuerzo. Que navieras de la talla de Aida, Fred Olsen, Saga, Pullmantur u Oceania incluyan la urbe naval en sus rutas significa, de entrada, la llegada de viajeros. Pero también una promoción internacional brutal. Por muchos motivos. Desde el boca a boca hasta la publicidad que las navieras hacen de Ferrol, lo que incrementa su difusión y su marca. ¿Vivirá Ferrol de los cruceros? No. Ni tampoco, en exclusiva, del turismo. Pero todo suma. Y de eso se trata. De diversificar la economía.
Los atraques, además, no se ganan solos. Hay que trabajarlos. Y ya se está haciendo. Pero quizá sea necesario afinar todavía más.
Se trata, en definitiva, de un reto complicado, pero atractivo. Un reto en el que ha de implicarse toda la ciudad, mucho más allá de la Autoridad Portuaria, a la que este tráfico no le reporta beneficios. El hecho es que hasta hace poco Ferrol no tenía cruceros. Ahora sí. Esa es la diferencia.