La alta demanda de profesionales y particulares reactiva el sector de materiales de construcción de Ferrolterra

ANA F. CUBA FERROL / LA VOZ

ARES

Regina Ramil, gerente del almacén de materiales de construcción Ramil Gamma, en Ares
Regina Ramil, gerente del almacén de materiales de construcción Ramil Gamma, en Ares KIKO DELGADO

Los problemas de suministro de productos metálicos o de madera se deja sentir ya en los almacenes de la comarca

27 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El estallido de la burbuja inmobiliaria derivó en la Gran Recesión, cuyos efectos se arrastraron durante más de una década. «Estuvimos varios años estancados, hubo un antes y un después, la recuperación tardó en llegar», constata Regina Ramil, gerente del almacén de materiales de construcción Ramil Gamma, en Ares. Por eso, cuando irrumpió la pandemia pensó: «Esto es la puntilla». Pero solo cerró las dos primeras semanas, porque las empresas constructoras pudieron mantener la actividad y, por tanto, también los establecimientos que les suministran el material.

«Teníamos mucho miedo, pero en seguida nos dimos cuenta de que la demanda aumentaba. Fue una sorpresa, decíamos ‘a ver cuánto va a durar’», confiesa. Un año y medio después, la tendencia sigue siendo al alza, y Ramil continúa preguntándose «hasta cuándo», con la tranquilidad que da haber resuelto, de manera inesperada, otro ejercicio, a falta de cuatro meses para acabar 2021. «Este año se ha trabajado muy bien, el pasado ya fue bueno y este está siendo mejor. Veníamos de tiempos muy duros», señala. Esta vez, la crisis no se ha cebado con ellos. A raíz del confinamiento de la primavera de 2020, mucha gente decidió invertir en mejorar su vivienda y el bum de las reformas no ha cesado desde entonces. «Trabajamos con empresas de la construcción y con particulares, el dinero que la gente no se pudo gastar en viajes lo ha destinado a reformar el baño o a cambiar el suelo de la terraza», apunta Ramil.

Retrasos en las entregas

Tal ha sido el incremento de las ventas que ya se han empezado a notar los problemas de suministro de materiales. «Mis proveedores me están mandando los pedidos, pero si antes tardaban una semana ahora tardan dos», indica la empresaria aresana. «Hay carencias de todo lo metálico, madera y lo que lleva productos químicos, que de momento se van supliendo. Estábamos acostumbrados a una entrega rapidísima y ahora se retrasa, y en algún caso sin fecha específica», apuntala Jorge Gómez, encargado del almacén de Construdeco Neira Ortegal en el polígono Río do Pozo, en Narón.

A esta compañía le costó resistir el golpe de la década anterior, y ahora ven cómo se dispara el trabajo, también en las instalaciones de Ferrol y Ortigueira. «Justo antes de que empezara la pandemia empezamos a notar la recuperación, y con la pandemia dábamos el año por perdido, hasta entonces íbamos lineales, sin altos ni bajos. Lo sorprendente fue eso, una subida bestial», reconoce.

Al principio solo podían vender a profesionales, y ya observaron un movimiento creciente en el sector, que se intensificó cuando se permitió el acceso a particulares. No tardaron en ver que «se cumplían los objetivos marcados, e incluso se superaban», comenta Gómez. Rehabilitaciones y reformas copan la agenda de los constructores de la zona, y la obra nueva se centra en las casas, sin apenas promociones.

«El bum inmobiliario [de comienzos de este siglo] no tiene nada que ver con lo que está pasando ahora. Antes, llegabas a Cedeira, Ares o Mugardos, cualquier zona de costa, y había unas veinte grúas montadas, hoy ves una para una vivienda unifamiliar», explica un trabajador del sector que tuvo que abandonarlo durante ocho años por la crisis, para dedicarse a la hostelería, y que retornó en 2016.

En Corplama, en el polígono industrial de Xunqueira, en Cedeira, también saltaron todas las alarmas en marzo del año pasado, pero, lejos de cumplirse los pronósticos urgentes del momento, la actividad no ha dejado de crecer. «Sí está habiendo dificultades con los materiales, no puedes dar presupuestos para más de dos días, porque están subiendolos precios una barbaridad, y a los constructores les pasa lo mismo. El hierro es lo más problemático, con la madera. El aserradero que nos suministra la tabla de encofrar no da abasto, porque se están llevando material para todas partes, en toda España. Con el cemento, el ladrillo y el hormigón no hay problema, de momento», indican en la empresa cedeiresa. Así lo corroboran las firmas de construcción, que sufren el encarecimiento de las materias primas y la escasez de mano de obra profesional.