«Posiblemente, un 70 % dos veciños das Pontes non coñecen este museo»

María Meizoso AS PONTES / LA VOZ

A CAPELA

César Toimil

En 1984, José María López Ferro puso los cimientos del Museo Etnográfico Monte Caxado, que estrena el sábado ubicación

26 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Colarse en él es hacerlo en el pasado. En el de As Pontes y en el de su entorno. En sus tradiciones y en su historia. Una vuelta atrás que permitirá recordar a quienes desde hace tiempo peinan canas. Y que descubrirá viejas costumbres a quienes no han tenido la oportunidad de vivir esa época.

En 1984 un joven maestro -José María López Ferro- regresaba a As Pontes como profesor. Lo hacía tras una etapa en A Capela, donde recuerda «xa tiñan un museo etnográfico». Su sueño fue crear uno propio, en el colegio al que había sido destinado, el Monte Caxado. «Trasladeillo ao claustro e aceptaron», explica. Así, 35 años después y con el maestro ya retirado, el Museo Etnográfico Monte Caxado se prepara para, desde el sábado a las 12.00 horas, abrir una nueva etapa. Desde esa jornada, las miles de piezas que componen el puzle de su historia dirán adiós a los pasillos y estancias del centro educativo para ocupar un bonito inmueble ubicado en la plaza de la Iglesia en A Vila. «Desde que me xubilei, fai catro anos, levo traballando nisto co meu fillo, el a través de Cultureume. Se non fose por el, eu xa tiraría a toalla».

En total, en las dependencias del colegio, el museo aglutinaba en torno a 4.100 piezas. De ellas, más de 2.000 estarán expuestas en su nueva localización. A principios de este año, «comezamos a desembalar. A partir dese momento, foi sete días á semana e máis de oito horas ao día». Un ritmo «frenético» que ha ido in crescendo a medida que se acercaba la fecha de inauguración. «Esta vai ser unha semana tola, pero sobre todo de moita ilusión. Síntome fachendoso por axudar a poñer en valor o patrimonio que é de As Pontes», asegura.

Un machado neolítico

La colección etnográfica, resultado de la donación de particulares, se expande a lo largo y ancho de las dos plantas con las que cuenta la nueva sede. El visitante, a penas dé un paso, se topará con una gran fotografía de la Sociedad Instrucción de Naturales del Ayuntamiento de Puentes de García Rodríguez. Un homenaje, destaca López Ferro, a la emigración. «

Neste caso -señala- son os que trouxeron os cartos de Cuba para, por exemplo, levantar o colexio Santa María

». Completando la planta baja, piezas relacionadas con la escuela, los juegos populares y la labranza. En la superior, el protagonismo recae en los oficios, desde los ferreiros a los zoqueiros, en las estancias de la casa, como la cocina, así como en los elementos de la vida cotidiana. Y, aunque todas las piezas son especiales, para el presidente de la Fundación Museo Etnográfico Monte Caxado hay dos que destacan por su vínculo familiar: «

A maquinilla de afeitar de meu pai e a súa petaca do tabaco

». Entre las más antiguas, añade, «

temos un machado neolítico

» que se usaba como piedra de afilar.

Todas ellas, puntualiza López Ferro, «son do pobo, eu só me encargo de xestionalas. Posiblemente, un 70 % dos veciños non coñecen o museo, así que agardo que esta nova ubicación facilite as visitas». Su esmero y dedicación parece no tener fin. Y a este regalo, a todo un pueblo, en forma de museo, podría sumarse otro: una vila etnográfica. En la vida, resume, «hai que ter ilusións e proxectos, senón non hai futuro».

La colección muestra estancias cotidianas del hogar, oficios o maquinaria