Hoy quiero trasmitirles mi convicción de que esta ciudad y la comarca, tienen un pasado y un presente que invitan a pensar que en el horizonte del futuro asoma una luz que puede acercarse, si lo hecho es el inicio de una ininterrumpida sucesión de actuaciones que consigan completar un proyecto conservador y futurista al mismo tiempo, para conseguir un mestizaje que blinde nuestro patrimonio desde una apuesta rigurosa, pero valiente, que asuma los cambios, sin calificar algo como intocable o protegido solo por el hecho de cumplir años.
Pretendo recuperar a aquella Nona, hoy algo desencantada, que defendía con pasión los proyectos en los que creía. Quizá le afectó demasiado el fracaso, en el último minuto, de la creación de la Cátedra Concepción Arenal, para la investigación de la problemática del menor, con el objetivo de prevenir y abordar problemas tan graves como: el acoso, la pornografía infantil, el fracaso escolar, el abuso, etc. que sufren nuestros menores en el desierto emocional más cruel. Y he mirado, sin prejuicios ni sectarismo, al pasado y al presente.
El viaje comenzó en la nueva glorieta. Y después: el campus; la muralla que mutará en bellísimo paisaje, al caer como muro de cierre; el Jofre; Herrerías; el puerto, de dinámica creciente y naciente escaparate de la nueva vida y la belleza que va asomando en ese espacio. Y finalizó en el Canido que renace y será (tras su recuperación integral) balcón abierto al hermoso mosaico coronado por San Felipe. Su coqueto y singular centro cultural es casi futurista y todo el barrio puede ser atractivo espacio de mestizaje urbanístico y cultural.
PD: Para descubrir la belleza hay que buscarla.