El periplo de un vecino de Neda: cuatro años esperando tras denunciar que le estafaron 750 euros en una compra en Wallapop
FERROL
Envió el dinero para el motor de un coche que nunca llegó: «Es un engaño muy frecuente», precisa el investigador de la Guardia Civil que lleva el caso
09 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.«Yo solo quiero acabar con esto, llevo cuatro años con el coche parado, porque no puedo comprar otro motor». Así resumía su malestar la víctima de una estafa en una compra en Wallapop. El 19 de septiembre del 2019 contactó con un vendedor que le ofrecía el motor del coche que andaba buscando e ingresó los 750 euros que le pedían. La compra no llegó nunca y este vecino de Neda pasó días hablando con diferentes personas para tratar de conseguir que se lo enviasen, primero, y para recuperar su dinero, más tarde. Aún no lo ha conseguido.
La sala de vistas del Penal 2 de Ferrol dejó visto para sentencia un caso en el que la acusada es la administradora de una cuenta en la que se ingresó el dinero por la compra fallida. El titular es un menor que comparte apellidos con la encausada y la Guardia Civil ha constatado que el hombre que acudió a retirar el dinero está empadronado en el mismo domicilio. Sin embargo, los agentes no pudieron dar con el paradero del menor y tampoco precisar desde qué lugar se cometieron todas las llamadas para llevar a cabo el fraude.
El fiscal pide para esta encausada la pena de un año y nueve meses de prisión con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo. También las costas y que devuelva al vecino de Neda que quería comprar el motor los 750 euros con los intereses. La acusada no compareció (estaba citada para declarar por videoconferencia) y el juicio se celebró a pesar de su ausencia. Le constan atencedentes por otras estafas similares.
«Es un engaño muy frecuente», precisa el investigador de la Guardia Civil que lleva el caso
Uno de los agentes de la Guardia Civil que participaron en la investigación de la estafa al vecino de Neda declaró en la vista que se trata de un «engaño muy frecuente» y reconoció que es complicado de investigar. Para empezar porque estos vendedores usan programas que enmascaran su ubicación real. «A veces desde paraísos fiscales en los que no podemos conseguir datos», se quejó. En este caso los estafadores llegaron a pedir un segundo pago mostrando documentos falsos.