La presa del Eume: un prodigio de la ingeniería que continúa generando energía limpia

FERROL

CESAR TOIMIL

La central de Endesa a la que alimenta produjo 140 gigavatios a la hora en 2022

09 ene 2023 . Actualizado a las 18:41 h.

La colosal presa del Eume, cuya bóveda sigue despertando admiración, tanto dentro como fuera del país, por la elegancia de su doble curvatura, no solo es una obra monumental que tiene un lugar de honor en la historia de la ingeniería española. Es, además —y casi podría decirse que sobre todo—, una infraestructura esencial desde el punto de vista de la producción de energía eléctrica en Galicia. Así como un elemento insustituible a la hora de mantener bajo control las crecidas de uno de los más los grandes ríos gallegos.

La reciente publicación, por parte de la Diputación Provincial de A Coruña y del Concello de A Capela, del libro La presa del Eume: 1955-1960, del que son autores Óscar Castro Negreira, Justino Fernández Negral y Carlos Vázquez Arias, ha recuperado, para el siglo XXI, la historia de la construcción de una gigantesca infraestructura, diseñada por Luciano Yordi de Carricarte, que —en palabras de Rafael Armas Mouriño, director de explotación de la presa, que sirven de pórtico al propio volumen— es el fruto de «una hazaña técnica y humana».

El propio presidente de la Diputación de A Coruña, Valentín González Formoso, subraya en el libro la importancia de «deixar rexistrado na historia, e para comprensión das xeracións futuras, un profundo recoñecemento á Vila da Capela por participar, co seu esforzo, na modernización dun territorio que requeriu da forza eléctrica (...) para ofrecer un futuro ás xeracións que disfrutamos duns avances tecnolóxicos que teñen a súa base na electricidade».

«Detrás de cada kilowatio co que alimentamos as nosas fábricas, as muxidoras, os nosos fogares —subraya Formoso— hai un esforzo persoal dunha familia da Capela, de Monfero, das Pontes, de Cabanas, de Pontedeume...».

Ramón Loureiro

Un legado para la historia

Durante la presentación del libro, celebrada el pasado día 29, el propio Formoso recalcó, de hecho, que la obra de Óscar Castro, Justino Fernández y Carlos Vázquez viene a ser, en la práctica, «unha homenaxe ás centos de familias e persoas que participaron, cun enorme esforzo, na construción deste prodixio da enxeñería, un empeño colectivo que foi clave no desenvolvemento industrial e a modernización» en la segunda mitad del pasado siglo XX. Y el alcalde de A Capela, Manuel Meizoso, por su parte, incidió en la importancia de haber recogido en un libro «a historia da construción da presa», haciendo así posible que «a coñezan as novas xeracións». 

Quince kilómetros de longitud

El embalse del Eume —como explican fuentes de la compañía propietaria, Endesa— mide, «de la cabeza a la cola», unos «15.000 metros de largo, con una profundidad máxima de más de 80 metros». La altura «sobre cimientos» de la presa alcanza los 103 metros, y «su longitud de coronación» es de 284 metros.

Endesa utiliza las aguas del embalse para hacer funcionar una central que dispone de dos turbinas, cuya potencia instalada alcanza un total de 56,82 megavatios. Cuando la planta entró en funcionamiento, en el año 1960, lo hizo de la mano de Fenosa, pero ya pasó a ser propiedad de Endesa en 1972. 

A. Martí

Evitar emisiones a la atmósfera

A lo largo del año 2022, señalan desde Endesa, «la central hidráulica que turbina las aguas del embalse del Eume generó 140 gigavatios a la hora, cantidad que está un 40 por ciento por debajo de la producción media anual, que alcanza los 240 GWh. Un descenso que obedece, obviamente, a la sequía que, el pasado año, se prolongó durante meses.

En cualquier caso, y de acuerdo con los datos facilitados por la propia Endesa, los «140 GWh generados a partir de la fuerza del agua evitaron en 2022 la emisión a la atmósfera de 56.500 toneladas de dióxido de carbono», gas que «se emitiría si esa misma energía fuese producida en una central que consumiese gas natural». 

A. Martí

Los protagonistas

No son muchos, ya, quienes guardan memoria viva de la construcción de la presa del Eume. Pero cuatro de ellos (Eladio Bouza (85 años), Manuel Rodríguez Seco (81), Antonio Plácido Pérez Seijo (87) y Manuel Pérez López (90), todos ellos vecinos de A Capela, se reencontraron en ella el viernes. Allí, junto al presidente provincial, González Formoso, y al alcalde de A Capela, recordaron el tiempo en el que la construcción de la presa «deulle a vida a moita xente».

«Isto é parte de todos nós», decía Eladio, que en 1974 sufrió un grave accidente en las inmediaciones del pantano al ser golpeado por una piedra procedente de la cantera que sirvió para construir tanto la propia presa como la chimenea de la térmica de As Pontes. «Eu empecei a traballar aquí con 14 anos, cando aínda se estaban facendo os accesos. Cando aínda non se empezara a facer a obra principal», recordaba, por su parte, Manuel Rodríguez.

«Estes traballos déronlle de comer a moitas familias», comentaba, a su vez, Antonio. Y Manuel Pérez López subrayaba que «os traballos aquí eran duros, e non é que se gañase moito, pero con iso e con todo gañabas moito máis do que ías gañar por aí».